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Los escándalos Santa Sede/Estado de la Ciudad del Vaticano: |
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Héctor Alfonso Torres Rojas | |||||||||||||||||||||||||||||||||
Licenciado en Teología y Sociología. Ex Director de la revistas Solidaridad, Aportes Cristianos para la Liberación y Utopías, Presencia Cristiana por la Vida. Defensor de los Derechos Humanos |
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![]() El Papa no es víctima. Es actor en la crisis del sistema vaticano. Parto de esa afirmación porque es muy corriente que ante acontecimientos como los que se están viviendo, se coloque al Papa al margen, por encima, como víctima, como si esos acontecimientos fuesen una traición contra el Pontífice. L'Osservatore Romano, periódico del Vaticano se refirió al “Papa como el pastor entre los lobos”. Las actuales intrigas, filtraciones y zancadillas en la Santa Sede-Estado de la Ciudad del Vaticano, es un capítulo más de los crónicos y seculares escándalos, con los cuales de tiempo en tiempo, los monseñores vaticanos “distraen” a la opinión pública. Obvio, tienen su novedad y su seriedad. En ese ajedrez entre cardenales y sus “partidos” compuestos por monseñores, se está jugando la continuidad del sistema eclesiástico, que hace agua por todas partes. Un tema debe quedar muy claro: el Papa no es víctima y nadie busca su desprestigio. El hace parte del sistema, de la crisis y posiblemente, si lo dejan, de la solución. Nada pasa a sus espaldas. No está por encima a la manera angelical. No está aislado. Es protagonista de un conflicto de facciones y de intereses, que siempre han existido. Ratzinger-Benedicto XVI, como teólogo, como obispo, como cardenal, como Inquisidor moderno y como Papa ha estado siempre y está en la trama “de los lobos”. Lleva exactamente 30 años en los salones vaticanos. Sabe perfectamente quién es quién. Muchos de esos “lobos” fueron nombrados siendo él parte del Vaticano. Es preciso recordar que el profesor Ratzinger, teólogo progresista del Concilio Vaticano II, reconocido y admirado, cambió de teología pocos años después del Concilio. Como obispo y teólogo influyente al interior de la Iglesia alemana, colaboró en el teje-maneje que se armó en vísperas de la elección del sucesor de Pablo VI. Los cardenales alemanes fueron grandes electores de Juan Pablo II. En los pasillos electorales había un consenso: frenar la corriente progresista en la Iglesia. Esa corriente tenía en peligro de colapso el sistema vaticano. Ya habían ganado una primera batalla, a dos años del cierre del Concilio, cuando se le impuso a Pablo VI, la proclamación de la Encíclica Humanae Vitae (De la Vida Humana), en contra de las conclusiones que le había presentado la Comisión Teológica que Pablo VI había nombrado para que lo asesorara. La Comisión dijo sí a algunas formas de control natal. El sistema vaticano dijo NO. ¿Y cuáles son los hechos? Las sospechas confirmadas de lavado de dineros en el Banco del Vaticano, llamado Banco para las Obras de Religión (IOR, sigla en italiano), a tal punto que la Unión Europea ordenó una investigación que llevó a cabo la Fiscalía de Italia que impuso la firma de estrictos protocolos de vigilancia especial. Razón por la cual Estados Unidos colocó el Banco del Vaticano en la lista negra de lavadores de activos y el Banco Morgan de USA cerró la cuenta del banco del Vaticano. El caso no se ha cerrado definitivamente y tendrá nuevas visitas de inspección y de cumplimiento de los protocolos. Cinco cardenales a la cabeza de la Comisión de gestión del IOR, no supieron que se lavaban dineros... El lavado de dineros es la segunda gran crisis del IOR. En los años ochenta, la responsabilidad mayor recayó sobre el arzobispo Paul Marcinkus. El Instituto para las Obras de Religión tenía negocios con el Banco Ambrosiano, el banco privado más grande de Italia, dirigido por Roberto Calvi. El Ambrosiano tenía negocios con la mafia italiana y la Liga P2. Su Presidente, Roberto Calvi, fue asesinado en Londres, en 1982, y su cadáver apareció colgado en el puente Blackfriars. CF. Google, Calvi estaba en contacto constante con el Arzobispo Paul Marcinkus, director del "Istituto per le Opere di Religione" (IOR), el banco del Vaticano, entre 1971 y 1989. Se cree que financiaron movimientos anticomunistas en Polonia y América Latina con dinero que salió del Banco Ambrosiano y que, además, Calvi cubría las pérdidas de Marcinkus en el IOR. En 1987 ordenaron la detención de Marcinkus por fraudes y estafas relacionadas con la quiebra del banco Ambrosiano, pero el Cardenal se acogió a su inmunidad diplomática. Posteriormente, se trasladó a Arizona (Estados Unidos), donde falleció en 2006, a los 84 años. Para algunos, Marcinkus es también el principal sospechoso de la muerte del Papa Juan Pablo I. Hay analistas que sostienen que fue un asesinato. Las denuncias del cardenal Carlos María Viganó, en cartas al Papa, sobre la corrupción y despilfarro, en materia de dineros y finanzas. Y hasta nepotismo. Con copia al cardenal Tarcisio Bertone, segundo en mando en la Santa Sede/Estado de la Ciudad del Vaticano. Cuestión que no le gustó a Bertone. Se sintió “acusado”. Es bueno recordar que Bertone fue Secretario, durante largos años, de la Congregación para la Defensa de la Fe, bajo la presidencia del cardenal Ratzinger-Inquisidor. La filtración de las cartas a la opinión púbica mundial. Las cartas de Viganó al Papa fueron hechas públicas por el periodista Gianluigi Nuzzi, el 25 de enero de 2012, en su programa “Los intocables”, en el canal “7”. Luego publicadas en un libro que tiene por título “Su Santidad”. Consecuencias: escándalo y desprestigio. Según el periodista Nuzzi, citado por "Libero Quotidiano", el arzobispo italiano, de 70 años, envió una carta a Benedicto XVI el 27 de marzo de 2011, en la que se lamentaba de "las corruptelas y privilegios" que había visto tras asumir el cargo de Secretario General del Governatorato, en julio de 2009. En otra carta, según Corriere della Sera, Viganó escribe: "jamás habría pensado encontrarme ante una situación tan desastrosa", que pese a ser "inimaginable era conocida por toda la Curia". El arzobispo denunció, señala el diario milanés, que en el Vaticano "trabajan siempre las mismas empresas, al doble que otras de fuera, debido a que no existe transparencia alguna en la gestión de las contratas de construcción y de ingeniería"... “Viganó denunció también que los banqueros que integran el llamado "Comité de finanzas y gestión" se preocupan más de sus intereses "que de los nuestros" y que en diciembre de 2009 en una operación financiera "quemaron (perdieron) 2,5 millones de dólares". El “destierro de Viganó, como Nuncio en Estados Unidos. ¿Silenciar una voz? "Beatísimo Padre, el que (yo) pueda ser trasladado (a otro puesto) causaría desconcierto en todos aquellos que creyeron que era posible sanear tantas situaciones de corrupción y prevaricación desde hace tiempo radicadas en la gestión de las diferentes direcciones" de la administración vaticana, escribió Viganó al papa, según Nuzzi. La salida fulminante no le gustó al cardenal Viganó. La queja ante Papa no tuvo efecto. Viganó hace parte de una familia adinerada. No lo podían degradar. Pero significó que Benedicto XVI se puso del lado de Bertone. Por lo tanto, contra Viganó. La preocupación por la transparencia del cardenal Carlos María Viganó “destapó” varios “partidos”. El teólogo José Manuel Vidal (España), en una columna de opinión escribe: “En la lucha por el poder, hay varias cordadas en Roma. Y todas se preparan para la era del post-Ratzinger. Con un Papa anciano y débil, intelectual, pero sin dotes de gobierno, enfermo del corazón de tal forma que ya no puede ni caminar más de cien metros seguidos, los diversos partidos romanos velan armas. Y aguzan estrategias. La vieja guardia (Sodano-Re y compañía) se resiste a dejar el poder. El otro partido, que crece como la espuma, es el del cardenal Bertone y lo suyos. Sin olvidar al partido de Ruini, de Bagnasco, de Scola”. Cf. Religión Digital, 28 de enero de 2012. La filtración de más de cien documentos, por cuenta gotas, dio lugar al llamado vaticanleaks o “Vatileaks”. El desprestigio del Vaticano tomó dimensiones globales. En algunos de los papeles, altos dignatarios de la iglesia escriben a Benedicto XVI para advertirle de casos de nepotismo y corrupción en contratos vaticanos. La gran víctima, el “chivo expiatorio” resultó ser el mayordomo de su Santidad, Paolo Gabriele. ¿Los cardenales son inocentes? Gabriele cayó en el fuego cruzado entre las facciones cardenalicias, en pie de guerra. Y guerra sucia, que utiliza diferentes medios. Ningún cardenal irá a la cárcel. Lo novedoso, una vez más, no son los hechos sino la filtración de documentos hacia la opinión pública, y el escándalo internacional. En conclusión, esos hechos dejan ver: a) Las cosas “non sanctas” de esos varones considerados pulcros, rectos y muy hermanables y mucho más cuando se revisten de los atuendos de la Edad Media. Así vestidos, parecieran estar por encima del bien y del mal. b) Que la elección del Papa, se prepara con elementos y conflictos muy mundanos, como cualquier elección significativa de un estado o de una empresa. c) Que para ello se conforman “partidos cardenalicios”, en fuerte conflicto. d) El juego de ideologías y teologías, no para beneficio del Pueblo de Dios, sino para una determinada manera de ser Iglesia. El vaticanista Marco Politi afirma que la Iglesia de Ratzinger "está estancada”. Obvio, las derechas nunca han marcado el futuro utópico de la humanidad, y menos las religiosas. El sistema vaticano no le da juego a los casi cinco mil obispos, para repensar la Iglesia. Suponiendo que fuese responsabilidad solamente episcopal, si se pusiese en práctica la colegialidad episcopal, nunca ejercida. Los obispos tampoco exigen participación democrática. Pueden recibir sanción. El sistema vaticano no permite esas osadías. Se les considera más “prefectos” que pastores. Deben, ante todo, obedecer. Y ellos han asumido ese papel, salvo excepciones, que sí las hay. “Prefectos” del Estado de la Ciudad del Vaticano, sin olvidar que han sido seleccionados de entre los sacerdotes con teología tradicional. Su teología no es la Concilio Vaticano II, sino la teología de las congregaciones vaticanas, cada día más lejos del Concilio. O los escogen entre aquellos que buscan una carrera eclesiástica, porque han sabido hacer lobby. La Santa Sede/Estado de la Ciudad del Vaticano no permiten que divulguen afirmaciones teológicas como las siguientes: Jesús no fundó una religión. Tampoco predicó una iglesia-Institución-burocracia. No propuso una doctrina o sistema de ideas. No estableció un sacerdocio-propiedad de una casta. En su predicación se levantó contra todo la pesada legislación judía, tipo Código de Canónico. Jesús de Nazaret no ordenó organizar un Estado. El debate bíblico-teológico-histórico, en las diferentes iglesias históricas, ya llegó a esas conclusiones. Conclusiones que ponen en peligro la estabilidad del sistema vaticano. Midiendo fuerzas hacia el nuevo pontificado La filtración de los documentos se debe leer e interpretar como un hecho importante en el contexto electoral que ya prendió motores. La elección de un papa no se le deja al Espíritu Santo. La explicación de la intervención del Espíritu Santo es la versión para la fe del carbonero. La elección conlleva no sólo necesarias y normales consultas sino la formación de “partidos” cardenalicios, que “ponen” condiciones a los posibles “papabiles”. En la historia, con frecuencia, un hecho secundario o anodino desata grandes consecuencias. El sistema vaticano no quiere y no permitirá un papa al estilo Juan XXIII, que le hizo pasar momentos complejos a ese sistema, de los cuales no se ha repuesto ni se va a reponer. El sistema vaticano aborrece la democracia y la participación. Pero “crece la audiencia” de católicas y de católicos indignados, exigiendo información, debate y participación. El sistema vaticano no quiere un papa reformador. Quiere un papa conservador. Y un papa al estilo Juan Pablo II que “no” gobierne. El sistema vaticano descubrió las dotes de muy buen comunicador del Papa Woytila y lo mandó a mostrar el rostro amable de la Madre Iglesia, por el mundo. A lo largo de los años se afirmó: “Juan Pablo II reina pero NO gobierna”. O “gobernó” en la lógica del sistema vaticano: oposición a las teologías progresistas, re-afirmación de la moral tradicional sobre las cuestiones de sexualidad, alianza con Raegan, para acabar con el comunismo, criticar y oponerse a la Nicaragua sandinista, revitalizar la pastoral de los santuarios y las devociones populares... El cardenal Woytila, durante el Concilio Vaticano II hizo parte del círculo más cercano a la teología tradicional criticada contestada y derrotada en el Concilio. Y al Papa Ratzinger le “encomendó” seguir haciendo teología para contrarrestar la teología del Concilio Vaticano II y sus desarrollos. En la Santa Sede/Estado de la Ciudad del Vaticano reina, ciento por ciento, una derecha teológica y una derecha política, desde el inicio del Pontificado del polaco Woytila. Desde su largo Pontificado, se reforzó, con todas las armas del PODER, el “desmonte” del Concilio Vaticano II. Aún más, Woytila, durante el Concilio Vaticano II, estuvo en el sector de la teología tradicionalista. Como Papa, su escudero teológico fue el teólogo Ratzinger, a quien nombró, en el año 1982, Inquisidor, a la cabeza de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Ratzinger levantó inmediatamente las banderas de la Cruzada para perseguir las teologías progresistas, comenzado por la condenación, en dos documentos (1984 y 1986), de la Teología de la Liberación de América Latina y en sus diferentes vertientes en otros continentes. Y condenó a sus antiguos compañeros de cátedra. Los analistas hablan de cerca de doscientos (200) teólogas y teólogos investigados por sus ideas y planteamientos, en todo el mundo católico. Algunos de ellos fueron duramente castigados, como Leonardo Boff y Hans Kung, para citar dos personalidades muy conocidas. Una lucha por el poder eclesiástico para evitar de manera severa los cambios necesarios. Y por el manejo de las riquezas... La siguiente sentencia de San Jerónimo (340-420), sigue siendo siempre actual: “Desde que la Iglesia tiene emperadores cristianos, ella siempre ha crecido en potencia y en riqueza, pero ha disminuido en fuerza moral”... “Nosotros realmente ardemos de codicia, y mientras vociferamos contra el dinero, llenamos nuestros jarrones con oro, y nada nos es suficiente”... Ese conflicto de intereses busca asegurar varios objetivos: -- Ante la inminente elección pontifical, evitar que sea elegido un cardenal “progresista”, si es que lo hay. Eso sería como “Buscar una aguja en un pajar”. -- La imposición y vigencia, con más bríos, de la teología vaticana y del Derecho Canónico en su dura letra. Teología que no siempre es la Teología de la Iglesia católica. La Teología de la Iglesia, sintetizada de alguna manera en la teología del Concilio Vaticano II, está y seguirá en invernadero. Pero, además, necesita inmensos desarrollos porque desde 1968, como fecha simbólica, han cambiado los paradigmas. --Lo que se presenta y se impone hoy como “la” teología de la Iglesia católica” es la teología de los dos últimos papas, la “teología” de las congregaciones vaticanas, la “teología” del Catecismo católico y la teología de la Comisión Teológica Internacional, bajo control del Vaticano... Tiene razón Rodrigo Botero Montoya, cuando afirma: “En las organizaciones religiosas, aquello que se presenta como controversia doctrinal suele encubrir, en realidad, una lucha por el poder eclesiástico”. El Colombiano, el 24 de mayo, a propósito del castigo vaticano a miles de religiosas de USA, en el mes de abril. Y la columnista de The New York Time, Maureen Dowd, de Estados Unidos, sobre el mismo hecho afirma: “La intolerancia absoluta es siempre signo de incertidumbre y de pánico. ¿Por qué perseguir a todo el mundo, si no porque eres débil?... ¿Cuál es la cualidad de una creencia que existe sencillamente porque es impuesta? Aquí no perseguimos las herejías. Les damos la bienvenida. Columna reproducida por El Espectador, el 27 de mayo, 2012. -- El manejo de las relaciones diplomáticas para imponer a los estados del mundo la visión “teológica” de la Santa Sede/Estado de la Ciudad del Vaticano, en varias cuestiones, pero ante todo en lo que tiene que ver con la teoría de género, la libre determinación de las mujeres (en espacios internacionales, la Santa Sede/Estado de la Ciudad del Vaticano se une y vota con los estados más conservadores y los estados islámicos), el control de la natalidad, el uso del condón, las relaciones sexuales pre-matrimoniales, el aborto, la homosexualidad, el llamado “matrimonio gay”, el divorcio, la eutanasi... -- Mantener y fortalecer las relaciones diplomáticas con 177 estados sobre 193 que tiene la ONU, para obtener concordatos y/o convenios favorables en privilegios y prebendas para las iglesias nacionales (Conferencias episcopales y diócesis) y para la Santa Sede/Estado de la Ciudad del Vaticano. -- El manejo de los presupuestos enormes que manejan la Santa Sede y El Estado de la Ciudad del Vaticano. Son dos presupuestos diferentes. Nadie en la Iglesia católica, fuera del estrecho grupo de cardenales y monseñores del vaticano tiene decisión e información. Presupuestos que viven en permanente déficit. Por lo cual se acude a todas las conferencias episcopales nacionales, a las parroquias, a las diócesis, así como a las comunidades o congregaciones religiosas, para que recojan dinero para la Santa Sede. Obvio, nunca mencionan que también es para el “malgasto” en las 177 nunciaturas o delegaciones pontificias. --Jesús de Nazaret nunca propuso la creación de un Estado. Ni se alió con el Estado romano, ni con el “Estado” judío. Antes bien, criticó al Sumo Sacerdote y se atrevió a “profanar” El Templo”, cuando en un hecho inaudito, arrojó a látigo a los banqueros de su tiempo y les destruyó sus mesas (“oficinas”). Y lo asesinaron porque durante toda su corta vida fue una voz súper incómoda, y más incómodas sus acciones contra la Ley: NO respetar la legislación del Sábado, curar en Sábado, profanar El Templo, andar con prostitutas y leprosos, criticar las autoridades, llamarles “sepulcros blanqueados”... -- Mientras exista el Estado de la Ciudad del Vaticano, la Iglesia no podrá ser Iglesia-Comunión-Fraternidad. La Iglesia está hipotecada al juego de la diplomacia. El Papa, Jefe del Estado de la Ciudad del Vaticano, no puede criticar a otros jefes de estado. Eso lo prohíbe el protocolo diplomático. El Estado de la Ciudad del Vaticano es un engendro político entre el Dictador Mussolini y el Papa Pío XI, en 1929, cuando era Prefecto de Estado, el cardenal Eugenio Pacelli, luego el muy cuestionado Pío XII. Es la herencia de los más de mil años de Estados Pontificios. ¡¡¡El Estado de la Ciudad del Vaticano es el único estado sostenido por los ciudadanos y ciudadanas de otros estados!!! --La comunidad internacional tiene pendiente la “asignatura” de debatir si tiene sentido reconocer como estado y mantener relaciones diplomáticas con un estado que, en el fondo, no es estado. Y por añadidura confesional. ¿Llegará el día en que otras iglesias y religiones van exigir un estatus parecido para “imponer” sus teologías? Sería fatal para la humanidad. El cambio se hará cuando nuestras sociedades sean más laicas o laicistas, y exijan ese cambio. No lo van a hacer los estados porque la iglesia católica y las religiones son todavía un soporte desde diferentes ángulos. Para entender los escándalos vaticanos, las católicas y los católicos, tienen como tarea, a través del mundo: desacralizar y desmitificar la figura del Pontificado. No es fácil porque en la formación católica se ha utilizado lo que yo llamaría el “imperativo afectivo”, el amor acrítico al Papa, sea quien sea. Los papas también tienen pies de barro... --En esa formación se ha insistido, consciente o inconscientemente, en algunas inconsistencias teológicas: que el papa está más cerca de Dios que los demás creyentes, que la oración del papa vale más que la de los obispos y católicos de a pié (por ello es gran noticia que el Papa ore por Colombia...), que el Papa es el Vicario de Cristo (si acaso de un San Pedro magnificado. San Pedro fue muy marginal en la dirección del naciente “movimiento de Jesús”. Tuvo más influencia Pablo de Tarso), que el Papa no se equivoca (¿alguien habrá levantado el catálogo de equivocaciones de los papas?), etc. --De tal manera que criticar a los papas, en tierras católicas, es casi un sacrilegio. Habría que decir más bien que se trata de un fetichismo. Jesús criticó, con total libertad, el sistema religioso judío de su tiempo, y por ende, al Sumo Sacerdote. Jesús no pidió “comprensión” hacia el Sumo Sacerdote. Simplemente se tomó la libertad de criticarlo.
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