

Tres asuntos emergen hoy como escollos en la marcha de la negociación en la Habana. El primero de ellos es la dificultad para concluir apropiadamente el tema de justicia. Lo que parecían ajustes menores a un acuerdo ya cocinado se ha convertido en un obstáculo que define con estas palabras Santrich, negociador de las FARC, “A mi modo de ver, el bloque de poder dominante le tiene más miedo a la verdad que a la cárcel, y mientras no haya un cierre definitivo de algo que ya se había firmado, que era un acuerdo sobre jurisdicción especial para la paz, la mesa de negociaciones está como bloqueada”.

