


No sobra repetirlo e insistir, que el logro de la PAZ sigue siendo nuestro mayor anhelo, que el camino de la negociación política es el mejor para lograrlo, que la paz es un propósito complejo y de largo plazo, y que conservar esta oportunidad histórica de construir la paz debe seguir siendo nuestro primer y principal propósito, y lo primero que deberemos derrotar es el pesimismo y sobre todo la apatía de la sociedad con el proceso de paz.

