Fecode 1959 – 2019 de los orígenes

 

El interés por una organización nacional surge en el gremio, desde el primer congreso pedagógico nacional de 1.917. Idea que se aplaza y pospone debido entre otras causas a que la política del país estaba dominada por lo que se llamó “La Hegemonía conservadora”, que con la Constitución de 1.886 y los postulados de la iglesia católica, hacían imposible cualquier brote democrático, independiente, de ideas y organización. (Y creo que todavía).

 
Elkin Jiménez Díaz
 
Medellín, Antioquia
 
 

En la semana del 20 al 25 de marzo, la Federación Colombiana de Educadores, hoy Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación, celebra y conmemora cincuenta y nueve años de fundada y de existencia en la vida sindical, educativa y política del país.

La fecha exacta no ha sido precisada, ya que si nos atenemos a las fuentes de la misma organización, por ejemplo, el periódico El Educador Colombiano, de Marzo de 1.978 en su página cuatro y bajo el título, “Fecode 20 años de lucha” se ubica el 22 de marzo como la fecha “de origen” la cual es ratificada en el congreso de Bucaramanga en 1.982, año también de los comienzos del “Movimiento Pedagógico” y consignada en el folleto de las conclusiones de este evento en el apartado de las proposiciones. En los últimos años y en publicaciones se afirma que la fecha es el 24 de Marzo, en lo que si no hay duda es en que su personería jurídica fue otorgada por el Ministerio del Trabajo de la época (no Ministerio de Protección Social), el seis de agosto de 1.962, cuatro años después de haberse iniciado su organización práctica y haber desarrollado acciones de fortalecimiento y de exigencias gremiales, mediante la resolución 01204, estando en la Presidencia Adalberto Carvajal Salcedo, en el Gobierno de Guillermo León Valencia.

“Los sindicatos y asociaciones del magisterio ya fundados, comprenden que la lucha reivindicativa local, era fácilmente reprimida y controlada por el Gobierno, volviéndose necesaria la coordinación nacional, idea que surgió de Ceneducadores, Centro Nacional de Educadores, (todos se creían el centro). ADE, Bogotá, ADEC, Cundinamarca, en agosto de 1.958 y que debería conducir a la creación de La Asociación Nacional de Educadores”.1

Pero el interés por una organización nacional surge en el gremio, desde el primer congreso pedagógico nacional de 1.917. Idea que se aplaza y pospone debido entre otras causas a que la política del país estaba dominada por lo que se llamó La Hegemonía conservadora”, que con la Constitución de 1.886 y los postulados de la iglesia católica, hacían imposible cualquier brote democrático, independiente, de ideas y organización. (Y creo que todavía).

En los años treinta y después de cuarenta años de oposición, retornaron los liberales al poder con Enrique Olaya Herrera y su Gobierno de “Concentración Patriótica Nacional”; el Ministerio de Educación, en julio de 1.934, citó a la Conferencia Nacional del Magisterio en Bogotá, al estilo del Congreso de 1.917 y allí se discutieron puntos como, los de organizar al magisterio en una Confederación Nacional, el asunto de la salud y la higiene en la escuela, la protección de la infancia, la creación de una escuela primaria nacional y el tratamiento al analfabetismo.

Este Gobierno liberal expidió la ley 83 de junio de 1.931, “sobre sindicatos” y en la primera administración de Alfonso López Pumarejo se institucionalizó, desarrolló y consolidó el sindicalismo.

La reforma constitucional de 1.936 que tuvo tres grandes propósitos: democratizar el país, realizar una mayor intervención del Estado y la laicización de la Educación y la Cultura, fue el entorno en el que el ministro Darío Echandía, aplicó enmiendas a la Educación, las que suscitaron airadas reacciones por parte del partido conservador, la iglesia y amplios núcleos magisteriales, ya Ospinistas, Alzatistas o Laurianistas.

Estos núcleos de educadores reaccionaron en todo el país, contra las políticas del Ministerio, y fue la convocatoria al examen de calificación a fines de 1.936 lo que originó otro intento de organización nacional, en una Confederación. El llamado a esta evaluación fue el punto de mayor convergencia para la concreción de aquel proyecto organizativo gremial.

En Antioquia, la Confederación al parecer tuvo poco éxito, pero sí logró interesar a algún núcleo de maestros y nombrar directivos, entre los que se encontraban: Don Gabriel Restrepo Moreno, Absalón Guzmán, Francisco Moreno y Jesús Sánchez. Una de sus primeras acciones fue el envío de un telegrama al ministro Darío Echandía, anunciándole la constitución de la organización y haciendo el pedido de reconsideración del examen de Estado.

El movimiento anti-examen se extendió por todo el país y alcanzó a reunir un Congreso del Magisterio con dos representantes por departamento, con el fin de unificar el esfuerzo para obtener del ministerio algunas variaciones al decreto 1602 de Julio de 1.936, sobre escalafón y en lo referente a los exámenes.2

La discusión interna y la presentación del examen por un gran número de educadores, no sólo dividió al gremio en sus propósitos de unidad, sino que fue una de las causas de la extinción de esta organización, “el movimiento de los maestros rebeldes fracasó, en Antioquia, hubo destituciones”.

Otro intento de Organización Nacional por parte de los maestros, se dio años más tarde, durante la dictadura del General Gustavo Rojas Pinilla, cuando éste convocó La llamada ANAC, Asamblea Nacional Constituyente y la representación del magisterio fue asignada a la Profesora Berta Díaz Granados, de la costa Caribe lo cual no satisfizo al grupo de profesores antioqueños que había hecho todo lo posible por ganarse esta designación, entre los que se encontraban, José María Rodríguez Rojas, Pedro J. Garcés y Justo M. Jaramillo Giraldo. Los deseos de figuración y protagonismo de estos dirigentes eran inmensos, política y burocráticamente, al principio dijimos, que cada regional consideraba que debía ser el centro, y en esa tónica, deciden hacer contacto con otras organizaciones de docentes del país y convocan a un congreso nacional en la ciudad de Medellín, con el objetivo, entre otros, de fundar una Federación de Educadores Colombianos.

Este plausible intento de organizar al gremio de primaria en una Federación Nacional, no contó con el tiempo propicio ya que no todos los sindicatos regionales apoyaban la dictadura y más bien vivían el momento de oponerse al régimen, acatando y sustentando los llamados de la UTC y de la Iglesia, además del desarrollo cuantitativo y cualitativamente desigual de las organizaciones departamentales. Viene luego, el llamado FRENTE NACIONAL, un pacto bipartidista de alternancia excluyente en el poder, entre liberales y conservadores y es en este período donde se funda FECODE.

Los partidos tradicionales deciden pactar el manejo del Estado y del Gobierno, después de haber sostenido y alentado una lucha fratricida entre colombianos que costó la vida de miles de obreros, campesinos y gente del común. Se implantó el Estado de Sitio y se acordaron derechos políticos sólo para los “dos partidos históricos”. En la esfera laboral, se da un desmesurado crecimiento del número de trabajadores al servicio del Estado, hay una elevación significativa de la sindicalización y el renacer de la lucha reivindicativa lleva a la realización de movimientos huelguísticos en varios sectores de trabajadores.

Después de este necesario recuento historiográfico sobre lo que ha sido el espíritu y la necesidad de organización de los docentes de primaria, llegamos a puerto FECODE, y hay que decir que los educadores de secundaria estaban agrupados en ACPES y los de enseñanza técnica en ANDEPET. Nosotros éramos “los maestricos” los demás eran profesores o catedráticos.

Tres hechos fundamentales ocurren en 1.959: la Revolución Cubana, la fundación de la Federación Colombiana de Educadores y el relevo de los directivos que políticamente siempre le habían servido al partido conservador, por otros de estirpe político-liberal. Estos acontecimientos de una u otra manera tuvieron influencia en la sociedad en general y en la vida del magisterio en particular.

Los maestros colombianos realizaron el congreso constitutivo de La Asociación Nacional de Educadores del 21 al 25 de marzo en el salón de La Asamblea de Cundinamarca, siendo inaugurado por el presidente de la República, Alberto Lleras Camargo, en el Teatro Colón de Bogotá.

El Presidente Lleras Camargo exaltó la labor del magisterio en el país, y dijo, “Debo limitarme a expresarles en forma breve, pero profundamente sincera, mis mejores votos porque este congreso, contribuya a fortalecer los vínculos de las distintas asociaciones de institutores y de todos ellos entre sí”.3

El temario incluyó puntos como, necesidad y alcances de la Asociación Nacional de Educadores, estado de la educación en Colombia, nivel cultural del magisterio, análisis de los programas de la educación primaria, consideraciones acerca del niño, situación económica del magisterio y el plan quinquenal de educación, entre otros temas.

El primer comité ejecutivo estuvo conformado por: José de J. López, como presidente, Eufrasio Ospina O., vicepresidente, Antonio Turriago, Secretario General, Héctor Mesa, Tesorero, Augusto Romero Díaz, Fiscal; la Secretaría de Educación, estuvo a cargo de Aura del Río González, José M. Perlaza, Secretario de Organización y el Doctor Mario Farfán Otálora, Asesor Jurídico, quien fuera primer presidente de la ADE.

Anoto que a este primer congreso de educadores en el ámbito nacional no asistió La Asociación de Institutores de Antioquia, ya por su ego localista, ya porque el gobierno local no concedía los permisos correspondientes.

El mes de agosto de 1.961, marca el inicio de las primeras relaciones de los maestros de Antioquia con FECODE, ya que fueron nombrados delegados principales al III Congreso de la Federación, Don Luis Pineda Echavarría, Don Adán Herrera y la Señora Idalia Chávez, “los cuales debían traer informe completo, pero en manera alguna estaban autorizados para afiliar la Asociación de Institutores a la Federación Nacional de Educadores”4.

La afiliación a FECODE se dio un año más tarde, en 1.962, después de llenar los requisitos: “copia del acta pertinente donde se autoriza el acto de federarse, cuota de admisión de $100 (cien pesos) y pago anual de $1.00 (un peso) por cada afiliado”.5

Sobre el Congreso constitutivo de la Federación en 1.959, su primer asesor, Guillermo Mojica, en un ensayo titulado “La restauración del alma nacional en una ideología de reconstrucción social: el legado histórico del maestro”, basado al parecer en el Boletín Sindical y Pedagógico de FECODE, nos da a conocer la plataforma inicial aprobada en dicho evento: “La FECODE será un símbolo de conquista que representa las fuerzas unidas de los maestros en defensa de la educación del pueblo colombiano y de los derechos y dignidad del maestro”.

La FECODE estará libre de toda influencia o coacción que interfiera con el libre y democrático desarrollo de sus actividades (...) y declara su independencia total de las influencias políticas, partidistas, confesionales o paternalistas; la FECODE intensificará su lucha tesonera para que se cumpla el precepto constitucional que señala que “la educación en Colombia será gratuita y obligatoria”; propugnará por un efectivo acercamiento y alianza en sus luchas reivindicativas con las grandes masas obreras y campesinas; afirma su rechazo enfático a los sistemas educativos elitistas y antipopulares que crean una sociedad de privilegios para grupos y personas; “declara su indeclinable propósito de colocar al magisterio en el justo sitio que le corresponde dentro de la comunidad nacional”.6 Hasta aquí, el valioso aporte de Guillermo Mojica.

La primera actuación internacional de la Federación fue en la ciudad de Lima donde dio a conocer los planes de organización y de lucha del gremio en Colombia.

Cuando Adalberto Carvajal llega a FECODE, esta no tenía personería jurídica y por supuesto no había sido reconocida “legalmente”, lo que se dio, como consignamos antes, en agosto de 1.962. A partir del nombramiento de Carvajal Salcedo, este se propone posicionar y “vender” la sigla y fuerza de FECODE. Los departamentos beligerantes eran los de la Costa, Cundinamarca, Santander, Nariño y Caldas; un evento de la organización era prácticamente un congreso de la UTC, ya que varios dirigentes regionales de ésta eran presidentes de las filiales de FECODE.7

“Comprender entonces, la primera etapa, que va desde la fundación hasta el primer paro nacional en 1.966, requiere analizar en gruesas líneas, las políticas del Frente Nacional y sus repercusiones en el país”8.

El llamado Plan Neiva fue difundido profusamente por todos los medios de comunicación, durante 1.963, ya que fue el primer intento por unificar puntos reivindicativos de carácter nacional, con perspectivas de generar un paro de la misma dimensión. El presidente de la Federación en ese momento, Eufrasio Ospina, explicó dicho plan a los maestros antioqueños, en asambleas realizadas en los salones de ASA (Asociación Sindical Antioqueña) de la cual era miembro ADIDA, se pretendía fundamentalmente presentar coordinadamente y en las mismas fechas los pliegos de solicitudes, a los mandatarios regionales y hacer al mismo tiempo concentraciones y actos similares en todos los departamentos.

Los pliegos fueron presentados al Gobierno de Guillermo León Valencia, quien, como los gobiernos regionales, no actuó con entereza frente a la situación del magisterio, el cual anunció su primera huelga para el ocho de agosto de este mismo año.

En marzo de 1.966, en plena campaña electoral para corporaciones públicas, FECODE, decide adelantar su sexto congreso sindical entre el 4 y el 8 de este mismo mes, decretando e iniciando el paro nacional que tuvo una duración de 23 días, ni Guillermo Valencia, ni el ministro de educación Daniel Arango pudieron sortear la situación.

El periódico El Colombiano expresaba, “Paro Nacional de educadores (...) 75.000 maestros de primaria cesan actividades. Decretado a las cuatro de la mañana por el sexto congreso.

Los $25.000.000 ofrecidos por el gobierno sólo alcanzan para un reajuste entre $38 y $40 por maestro”9.

Doce mil maestros desfilaron ayer en la capital, del parque Santander a la Plaza de Bolívar, presentaron saludo a los huelguistas de hambre en las gradas del capitolio y luego ofrendaron a Simón Bolívar, una corona de laurel. Adalberto Carvajal, les leía a los educadores, “Humillados y Ofendidos”, de Fedor Dostoyevsky.10

En desarrollo de la huelga, Carvajal, organizó en Bogotá, el 22 de marzo una espectacular “marcha del silencio”, en la cual participaron aproximadamente 20 mil educadores. Los maestros vestidos con trajes negros u oscuros marchaban en forma lenta y silenciosa por las calles de la ciudad, hasta llegar a la plaza de Bolívar, querían simbolizar así el abandono en que, a su parecer, los tenía el gobierno.11

Una delegación de Antioquia estuvo presente en este inolvidable acontecimiento.

El silencio se rompió con tres únicas expresiones: ¡Viva Colombia! ¡Viva el magisterio! ¡Viva FECODE!

Desde el Primer Congreso Pedagógico Nacional realizado en 1.917, reseñado anteriormente, no se daba cumplimiento a la ley 62 de 1.916 que los ordenaba cada cuatro años y por esto los directivos de la Federación le propusieron al nuevo presidente, Carlos Lleras Restrepo, la necesidad de un nuevo evento de este tipo.

Para saber del evento, se puede consultar además de las fuentes de FECODE, a Víctor M. Cristancho P., autor de la ponencia oficial de FECODE, sobre la Política Educativa Nacional, en su obra “Proceso Educativo y Docente”, Editorial Colombia Nueva Ltda., 1984 y a Laureano Coral Quintero en “Historia del movimiento sindical del magisterio”, Bogotá, Fondo Editorial Sur América, 1.980.

En este mismo año de 1.966, se vive uno de los acontecimientos más relevantes y significativos en la historia del magisterio colombiano, La Marcha del Hambre, iniciada por los maestros del Magdalena, realizada desde Santa Marta hasta Bogotá entre septiembre y octubre, en la que recorrieron 1.620 kilómetros en 33 días. Afortunadamente existen registros de todo tipo sobre esta recordada y maravillosa gesta.

Medellín fue escogida para El primer congreso extraordinario de la Federación en el año de 1.969, el cual fue inaugurado en el Teatro Lido, en el parque de Bolívar, al cual se dieron cita todas las organizaciones filiales, la coordinación estuvo dirigida por Don Luis Álzate Arenas, dirigente de ADIDA y la secretaría fue desempeñada por Doña Blanca Camacho, de FECODE.

El congreso acogió un documento titulado, “Historia del Magisterio”, el cual resumía el proceso organizativo, las luchas adelantadas, fijaba unos “objetivos máximos” de metas y aspiraciones populares y unos “objetivos mínimos” que contenían las reivindicaciones inmediatas del gremio. Se aprueba en esta reunión nacional, avanzar e integrar los aspectos económicos y sindicales, a los educativos y sociales.12

Edición 628 – Semana del 22 al 28 de marzo de 2019

1 El educador colombiano, marzo de 1978, p. 4.

2 El Heraldo de Antioquia, Medellín, 8 de septiembre, 1936, p. 3.

3 El Siglo, Bogotá, marzo, 22 de 1.959, p. 8.

4 Libro de Actas de Junta Directiva. Acta N° 8, Medellín, 17 de agosto de 1961, Archivo Asociación.

5 Libro de actas, acta N°5, Medellín, noviembre 1.962, Archivo Asociación.

6 Material en mimeo (mimeógrafo) Archivo EJD.

7 Adalberto Carvajal, una vida, muchas luchas", Carlos O Pardo, Pijao, Editores, p. 27.

8 El Educador Colombiano, Ibíd. p. 4.

9 El Colombiano, Medellín, 7 de Marzo, 1966, p.1.

10 El Colombiano, Medellín, 18 de Marzo, 1.966, págs., 4 y 22.

11 Lozada, Rodrigo y Gómez Buendía, Hernando, "Organización y Conflicto., CIID, 1984.

12 Magisterio Antioqueño 1.900-1.980, Gloria Estrada P. y Elkin Jiménez Díaz, Impresión, Litoarte, Ltda. Medellín, 1983.

   
 
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