Bolívar: ¿Republicano y Termidoriano?

 

Hay Bolívar para todos los gustos políticos y las filiaciones ideológicas. Incluso está la reivindicación de marxistas y no marxistas contra el enfoque condenatorio del libertador, producto de la pluma crítica del joven periodista y analista Carlos Marx, quien entonces no lo bajó de su pertenencia a la nobleza mantuana, y mostró su desdoro frente a los compromisos de la lucha por la independencia.

 
Miguel Ángel Herrera Zgaib
 
PhD. E. Políticos y R.I
 
 

He vuelto a conversar por estos días con el libro de Jaime Urueña Cervera, con el cual busca desmitificar la caracterización jacobina de Simón Bolívar, que entre otros sostuviera Germán Arciniegas, intelectual orgánico de la República liberal, años 1930 – 1946.

Operación crítico-histórica que este colombiano, residente en París; profesor de las universidades Nacional, EAFIT y Antioquia, estudioso de las doctrinas y teorías económicas y políticas, centra en el estudio de la Declaración de Angostura, el famoso discurso de 1819, que cumple ahora 200 años; y el Proyecto Constitucional para Venezuela. Obras señeras de la trayectoria constitucional de Simón Bolívar.

En el recorrido reflexivo de Jaime Urueña, él se propone estudiar los fundamentos ideológicos e históricos del pensamiento político del Libertador con mayores glorias político-militares de América, y de quien tantas lecturas e interpretaciones existen dentro y fuera de América Latina.

Hay Bolívar para todos los gustos políticos y las filiaciones ideológicas. Incluso está la reivindicación de marxistas y no marxistas contra el enfoque condenatorio del libertador, producto de la pluma crítica del joven periodista y analista Carlos Marx, quien entonces no lo bajó de su pertenencia a la nobleza mantuana, y mostró su desdoro frente a los compromisos de la lucha por la independencia.

El Bolívar de Arciniegas

Urueña enfrenta el trabajo historiográfico de Germán Arciniegas, legendaria figura de la inteligencia liberal de la primera mitad del siglo XX, que obró como intelectual orgánico de la renacida república liberal, durante las presidencias de Olaya, López Pumarejo y Eduardo Santos. Luego, a partir de 1948, Arciniegas fue paladín de las ciencias humanas en la recién fundada Universidad de los Andes, con el entusiasmo emprendedor de Mario Laserna, hasta su jubilación.

El “nuevo” Arciniegas, nacido en 1900, se había construido una trinchera intelectual y política contra la hegemonía conservadora en su revista Universidad. Así orientó a jóvenes liberales y socialistas en el combate y enjuiciamiento del proyecto de la regeneración y su trinchera principal, la Constitución de 1886, contra la que chocaron con menguado éxito brillantes juristas como Darío Echandía, Carlos Lozano y Lozano, Adán Arriaga, entre otros, animadores de la reforma de 1936.

Él fue pregonero de primera línea en la reforma de la educación superior, a través del grito de Córdoba, de la autonomía universitaria, de la libre circulación de las ideas y la urgencia de sepultar la escolástica tomista, y con ella a la universidad colonial. Fue también un cancerbero contra las asechanzas del socialismo y el comunismo tempraneros que tentaban mentes y corazones de la joven generación liberal, donde descollaban Gabriel Turbay, Jorge E. Gaitán, los hermanos Lleras Camargo, Guillermo Hernández Rodríguez.

En “Bolívar y la Revolución” (1984), Arciniegas dice: “En suma: en Tenerife, Bolívar hizo jurar una constitución como la de Caracas...lo habían copiado de la Constitución de Haití y Bolívar iba a reproducirlo en su proyecto de Angostura...Era, a la letra, el art. 6 de la Constitución (de la Declaración de derechos) de Robespierre. Fatalmente los caminos de la república eran los mismos m(...)” (p.118)

Germán Arciniegas defiende al Bolívar jacobino, de lo que nada dijo el presidente Duque en su perorata en el Puente de Boyacá, donde invocó la unidad de los colombianos, en un escenario polarizado entre quienes quieren insistir en la guerra y los que reclaman la paz.

Claro, tanto Duque como la oposición parten del supuesto de la república, como el fundamento de la comunidad política nacional. Pero, la unidad que reclama Duque se teje en torno al “programa” reaccionario del Centro Democrático, del cual la lucha contra la corrupción y la defensa de la paz pactada en La Habana y el Colón están excluidos.

A su turno, y hablando desde el Pantano de Vargas, al pie del monumento a los lanceros, obra de Arenas Betancur, Gustavo Petro, su opositor presidencial, invocó el nombre de José María Melo, el indígena oriundo de Coyaima, quien había sido parte de los ejércitos de Bolívar, y fiel al general caucano José María Obando.

Melo llegó al poder presidencial apoyado por las Sociedades Democráticas, y parte del ejército, en el año 1854. Luego fue objeto de destierro, y vino a morir lejos de la patria, luchando por la causa liberal al lado de Benito Juárez, en México.

¿Bolívar un liberal termidoriano?

Continuemos con el Arciniegas de Bolívar y la Revolución (1984). Allí se menciona al rey Christophe, en cuya Constitución haitiana de 1806 sanciona: No puede haber esclavos en el territorio de la república; la esclavitud queda abolida para siempre. Estamos en el año 1806. Cita también el artículo 16, en favor de su tesis, para decir que Bolívar era jacobino, siguiendo la ruta constitucional haitiana, para decir que se copia textualmente en la Constitución de Angostura.

El art 16 dice: “todas las obligaciones del hombre y el ciudadano se derivan de dos principios...no hagas a otros lo que no quieras que te hagan a ti; haz constantemente a los demás todo el bien que de ellos quisieras recibir”. (Arciniegas, 1984, p. 63)

En la búsqueda de prueba, Arciniegas señala que los 13 primeros artículos de la Constitución de Angostura los tomó Bolívar de la del año 1816 de Haití. (p.118)

Pero, Urueña, quien verifica la comparación concluye lo contrario, que no hay tal correspondencia con la Constitución francesa de 1793, cuyo principal redactor es Robespierre.

Para el estudioso colombiano que vengo citando, “el modelo original de declaración de derechos tomado por Bolívar se encuentra directamente en la muy liberal constitución termidoriana francesa de 1795 y no en la jacobina de 1793”. (p. 118)

Sobre esta conclusión tajante, Urueña Cervera nos recomienda consultar El libertador y la Constitución de Angostura de 1819, edit. P. Grasses, 1970.

Edición 647 – Semana del 10 al 16 de agosto de 2019
   
 
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