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Bolívar y la Construcción del Estado |
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Simón Bolívar tenía en la mente la creación de un Estado grande, buscaba que el Congreso de Angostura expidiera una Ley con carácter constitucional transformando el territorio colonial en territorio republicano, aunque faltara todavía expulsar tropas españolas que ya estaban disminuidas, pero no totalmente vencidas. |
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Alberto Ramos Garbiras1 |
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A propósito de la conmemoración del Bicentenario de la Independencia de nuestro país, por la fecha de la Batalla de Boyacá (7 de agosto de 1819), que permitió asestar el golpe más certero al ejército realista español y debido a la emisión de la serie televisiva sobre la vida de Simón Bolívar que está realizando el canal Caracol todos los días a las 9 de la noche; he decidido redactar unas reflexiones sobre la construcción del Estado Grancolombiano, que Bolívar venía calculando desde 1812 cuando escribió el Manifiesto de Cartagena, y moldeando en 1815 cuando redactó la Carta de Jamaica; luego, con el paso posterior al cruce heroico de los Andes que concluyó con las batallas del Pantano de Vargas , la de Boyacá y la derrota de Barreiro, quedando liberado el centro del Virreinato, debía concretar ese diseño de Estado republicano. Los pasos previos fueron la declaración de angostura a finales de 1818, la citación para elegir un Congreso que se instaló en febrero de 1819 en la misma ciudad, la puesta en marcha de una especie de Consejo de Estado, tanto así que una vez concluida esas dos batallas y varias escaramuzas militares, después de la celebración en Bogotá, se dirige nuevamente a Angostura para la presentación del proyecto de Constitución que sirve de base a la expedición de la ley fundamental fundacional de Angostura y la base de la Constituyente de Cúcuta de 1821. Marie Arana, escribió que Bolívar pensó en unas bases institucionales, una Corte Suprema, gobernadores provinciales, fuerza de policía, un Ministerio de Guerra y un Ministerio del Interior; relata que incautó las minas de oro, plata y esmeraldas que los españoles se habían apropiado, incautación aconsejada por el Barón Von Humboldt. También Bolívar procedió a revocar los impuestos del Rey, confiscó las propiedades españolas, creó una escuela para huérfanos que habían aumentado por los asesinatos de patriotas y estableció un fondo para las viudas. A finales de septiembre nombró al General Francisco de Paula Santander, como vicepresidente. (Arana, 2019) El biógrafo alemán Gerhard Masur, expuso que, fue realmente Santander el que hizo posible el futuro éxito de Bolívar. Llamó a cooperar al clero, los soldados, comerciantes y granjeros. Durante los primeros años Santander cumplió fielmente las órdenes de Bolívar. El lento distanciamiento de los dos hombres pertenece a otro capítulo. Bolívar viajo hacia el nororiente, pasó por Tunja, arribó a Bucaramanga, Pamplona y se estableció en Cúcuta, durante el trayecto se animó a reclutar tropas, sabía que debía enfrentarse a Pablo Morillo para expulsarlo de Venezuela donde estaba acantonado. (Masur, 1984) Bolívar viajó en diciembre a Angostura para definir las bases del Estado con un proyecto de Constitución. Allí se enteró de varios desacatos a sus instrucciones dadas antes de la batalla de Boyacá; lo habían desobedecido Páez (no había marchado para distraer a Morillo), el Sr Mariño también desobedeció al no unir fuerzas con Bermúdez; y Arismendi también se comportó de manera díscola. Y tuvo que enfrentar el problema de la defenestración del vicepresidente Zea, reemplazado por Arismendi. Hizo valer su autoridad y capacidad de mando, y de forma enérgica enderezó el rumbo de las cosas de cara a una eventual nueva batalla que se daría en Carabobo. Simón Bolívar tenía en la mente la creación de un Estado grande, buscaba que el Congreso de Angostura expidiera una Ley con carácter constitucional transformando el territorio colonial en territorio republicano, aunque faltara todavía expulsar tropas españolas que ya estaban disminuidas, pero no totalmente vencidas. Unir la Nueva Granada, con Venezuela y Quito, inicialmente, aunque tenía calculado un Estado más extenso. Expuso en un discurso sustentatorio los lineamientos centrales de ese Estado y llevó un proyecto de Constitución que luego se discutió en Cúcuta. Logró esa aprobación y se le reconoció en título de presidente. Ambos ejércitos, el Realista y el Patriota, tenían flaquezas, pero las ocultaban para evitar el envalentonamiento del otro; ambos habían quedado disminuidos, con la ventaja que el ejército Patriota tenía la moral en alto y el Realista estaba acongojado y maltrecho por la disminución de los pagos y la falta de estímulos. Pero del lado Patriota existía la indignación que implicó el sometimiento despótico colonial durante más de 260 años, más 9 años de reyertas internas (1811 – 1814) y de represión española con la llamada Reconquista, un período de atrocidades (1815 – 1819); mucha gente había caído en la pobreza por los gastos en la guerra y las expropiaciones practicadas; la gente estaba ahíta y fastidiada por el derramamiento de sangre; y otros habían desertado. Pablo Morillo, se encontraba en peor situación, desde finales de 1819 había solicitado refuerzos al Rey, pidió 20.000 hombres, ya le habían aprobado 4.000 de ellos, pero se produjo en enero de 1820 la rebelión del General Rafael Riego, apoyado por los liberales progresistas que impulsaron la Constitución de Cádiz y querían que se restableciera esta normativa superior para modernizar el Estado español y ensamblar una monarquía constitucional; el Rey Fernando VII percibió el olor a cambios drásticos y por ello cedió para evitar un radicalización interna de fuerzas transformadoras que podrían llegar a derrocarlo o a decapitarlo como había sucedido con Luis XVI en Francia y con Carlos I en Inglaterra; al ceder ya tenía que abandonar las ínfulas imperiales y aflojar las tensiones en las colonias. Paradójicamente en diferido la Constitución de Cádiz que había nacido en 1812 (La Pepa, femenino del día de San José), para reformar la Monarquía, no para acabarla porque fue una Constitución monárquico constitucional, y que había servido de añagaza o carnada para los dirigentes criollos patriotas porque los vinculaba como delegados a la Regencia y supuestamente integraba las colonias al territorio ibérico; pero derogada o anulada por el Rey liberado en 1814, va a revivirse esa Constitución en 1820 por la Rebelión de Rafael Riego con el apoyo de los liberales ilustrados, impidiendo de contera que continuaran las tropelías en ultramar porque no tenía presentación la admisión de un texto constitucional que incluía parte de articulado francés de los derechos humanos y una separación de poderes así fuese artificiosa, con la actitud de sojuzgamiento en las colonias que decía la Constitución integrar. Bolívar estaba interesado diplomática y socarronamente en la Paz para evitar más derramamientos de sangre porque conocía de las crueldades y perfidia de su contendor; entre varios aplazamientos urdidos por el Libertador para encontrarse los dos jefes militares, se citaron en Santa Ana (Trujillo) en 27 de noviembre y firmaron el armisticio que implicó la cesación momentánea de hostilidades. O sea, el Libertador fue un gestor de paz porque barruntaba que el naciente Estado requería paz interna y unos gestos de conciliación para despegar en las relaciones internacionales a ser reconocido sin óbices. Ante la dilatación de las negociaciones y la persistencia del ejército realista de permanecer acantonado en ciertas zonas estratégicas del territorio que Bolívar y los miembros del Congreso de Angostura ya consideraban una República a la Gran Colombia, desde diciembre de 1819; Bolívar decidió concebir y planear la retoma de Caracas, al mismo tiempo el Libertador concibió la liberación de Quito, por ello le solicita a Antonio José de Sucre que se movilice al sur ; mientras tanto iba organizando las tropas con Páez y Urdaneta, más las escaramuzas que le solicitó a Bermúdez practicara para distraer a los militares españoles, a fin de diseñar la estrategia de lo que se conoce como la batalla de Carabobo. Muchos observadores de la época y Bolívar mismo, creyeron que los EEUU ayudarían en el proceso independentista del Virreynato, pero no fue así; el hecho de que los norteamericanos hubieran librado una guerra de independencia respecto a los ingleses , no los hizo solidarios con esta guerra de independencia en el sur (no existía ni se aplicó la solidaridad de causa); la diplomacia establecida con los gobiernos europeos y los intereses desarrollados desde los primeros gobiernos federalistas hicieron de freno a cualquier ayuda. Toda solicitud fue truncada o negada tajantemente, ni apoyo militar, ni envió de armas, ni préstamos se registraron. Antes, por el contrario, los norteamericanos ejercieron tráfico de armas para dotar a los españoles. Simón Bolívar entre agosto de 1819 y junio de 1821 (de Boyacá a Carabobo), se debatía mentalmente en la forma institucional que debía darle al Estado Colombiano, desde el punto de vista jurídico-constitucional; y en las soluciones que debía encontrar a las disidencias de sus hombres en Venezuela, alterados desde el primer encuentro de febrero en Angostura para concebir la tercera República, las apetencias personales de los líderes como Arismendi, Bermúdez, Páez, Mariño y la agregación de territorios, cómo se iba a desenvolver. Pero sobre todo a la forma de arquitectura construccional derivada para armar las instituciones y enfrentar las arremetidas externas, así como las internas porque los españoles acantonados persistían en recuperar lo perdido. Pero nacía un Estado en guerra porque tenía que concluir con la expulsión de los españoles que persistían en contraatacar, continuaban controlando zonas del Virreinato (Caracas, Cartagena, Pasto, Popayán. Quito…), una situación compleja que no lo dejó gobernar tranquilo, Bolívar estaba empeñado en seguir liderando la campaña libertadora inconclusa. BibliografíaArana Marie. “Bolívar. Libertador de América”. Primera edición Perguin Random House, grupo editorial. Bogotá, julio de 2019. Masur Gerhard. Simón Bolívar. Círculo de Lectores S.A. Edición no abreviada, traducción Pedro Martín de la Cámara, Bogotá 1984. 1 Magíster en Ciencia Política (Universidad Javeriana); PhD en Derecho con énfasis en Política Latinoamericana, Universidad Nacional de Madrid (UNED – España); profesor de derecho internacional en la Universidad Libre. | |||||||||||||
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