La actualidad en Bogotá: ha sido hecha a pulso

 

Exhorto a colegas docentes, estudiantes, investigadoras e investigadores de todas las Instituciones de Educación Superior a que nos comprometamos y dispongamos desde ya con un gran foro de las ciudadanías por el Plan de Ordenamiento Territorial que merece Bogotá.

 
Eloisa Vargas-Moreno
 
Docente y activista
 
 

Los acontecimientos que han sido noticia en los últimos diez días en Bogotá son, de lejos, fruto de las ganas, del trabajo y del compromiso demuchas mujeres y hombres con las tareas del día a día, pero sobre todo con la perspectiva de hacer de esta una ciudad región vivible, gozable, sostenible. Estos acontecimientos son: el triunfo de Claudia López, primera alcaldesa de Bogotá (lo de Clara no cuenta, en serio) y, el hundimiento del Plan de Ordenamiento Territorial – POT en el Concejo de Bogotá en la tarde del sábado 2 de noviembre.

Sobre el triunfo de Claudia López, para mí como mujer, docente, y activista, comprometida con mis derechos y los de la ciudad, recibir las noticias fue bastante alentador, tras encender el televisor el pasado domingo 27 con total desgano y resignación, esperando presenciar, en el peor de los casos, el triunfo de un caballero. En cambio, ver el rostro de una mujer en primerísimo plano, llena de papelitos amarillos con un aviso que decía “Claudia López, alcaldesa de Bogotá”, me alegró tanto que todavía se me eriza la piel al instante. ¡Qué bien! ¡Qué bien! Una mujer en el segundo cargo más importante del país, una mujer acompañada de otras como Ángela María Robledo, como María Mercedes Maldonado, como Carmenza Saldías. De verdad, que alegría. La expectativa es grande.

Sobre el hundimiento del POT en el Concejo, pues que decir, otra gran alegría. Tras un recorrido por los barrios San Bernardo, Las Cruces y Belén con los estudiantes de la Maestría en Planeación para el Desarrollo y en medio del diálogo sobre el significado actual de la globalización, nos enteramos del hundimiento del POT. Inmediatamente, después de aplaudir contentos de la dicha, abrimos el espacio para conversar sobre las implicaciones del hundimiento. Algunas de esas reflexiones las comparto ahora.

Primero, vale reconocer el compromiso de lideresas y líderes que desde el Consejo Territorial de Planeación Distrital – CTPD, durante los últimos cuatro años (y más), insistieron en la apertura del debate público sobre el POT. Cuatro años de incertidumbre. Cada año se decía “ahora sí”, “ahora sí va a salir el POT”. Cuatro años planeando agendas, rutas, seminarios y encuentros a la espera de un proyecto que no terminaba su expedición. Pero también, cuatro años para el aprendizaje en un escenario nada fácil como lo es el CTPD, años en los que consejeros y consejeras han concretado y ganado a pulso la legitimidad que define esta instancia como la más importante para la participación ciudadana en la planeación y el ordenamiento de Bogotá.

Segundo, junto al CTPD y también como parte del mismo, están las organizaciones sociales, las redes de activistas, de trabajo, de investigación, las veedurías ciudadanas, las juntas de acción comunal y los colectivos culturales y ambientales, que no dudaron un instante en avanzar en sus propias agendas, en la defensa de los cerros, de la Reserva Thomas Van Der Hammen – RTVH, de las cuencas, de los bordes, de los humedales, de la ruralidad, de Cerro Seco, de los barrios, de las viviendas, y de la vida, en negarse a la construcción del Transmilenio por la 7ma y así desenmascarar la mediocre apuesta por el “minimetro”. La ciudadanía democrática se expresó en las calles, enfrentando la avalancha de canchas sintéticas y tala contaminante de árboles del alcalde saliente. Por fortuna, también se expresó en las urnas el pasado 27 de octubre.

Tercero y muy importante, el acumulado que entregan funcionarias, funcionarios y por supuesto, contratistas, que lograron con autonomía y audacia mantener acuerdos, tejer puentes y, sobre todo, dejar por sentadas posturas técnicas y políticas que quedaron inscritas en el proyecto de POT que acaba de ser hundido. Por tanto, considero que dicho proyecto no puede ser echado del todo a la hoguera, sino por el contrario, debe constituirse en material de trabajo, junto con la Modificación Excepcional al POT del 2013, el POT vigente, el concepto negativo del CTPD y el programa de gobierno de la alcaldesa entrante, las propuestas de concejales y ediles electos y, demás documentos técnicos, políticos y propositivos que sean necesarios.

Para cerrar, exhorto a colegas docentes, estudiantes, investigadoras e investigadores de todas las Instituciones de Educación Superior a que nos comprometamos y dispongamos desde ya con un gran foro de las ciudadanías por el Plan de Ordenamiento Territorial que merece Bogotá. La ciudad que tenemos en las manos está que en menos de diez días nos ha ofrecido tanta alegría, la hemos hecho a pulso, eso es completamente cierto. El biensentir de estos días seguro será semilla del bien-estar del futuro. ¡Continuemos!

Edición 660 – Semana del 9 al 15 de noviembre de 2019
   
 
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