¡Se debe cuidar la salud de los y las trabajadoras
que cuidan la salud de la gente en la epidemia!

 

La sociedad en múltiples países, incluido Colombia, ha tenido un enorme gesto de reconocimiento y solidaridad con las y los trabajadores del sector de la salud, aplaudiéndola desde los hogares, y refiriéndose a ellas y ellos como héroes. Y aunque esto es valioso, es totalmente insuficiente y no puede justificar que se les envié “al frente de batalla” como “carne de cañón”.

 
Mauricio Torres-Tovar
 
Médico, Salubrista Laboral, profesor Facultad de Medicina, Universidad Nacional de Colombia
 
 

A la memoria de mi querido padre Carlos Torres Corredor, quien me enseñó el valor de la lucha por los derechos de los trabajadores.

Las cifras son muy preocupantes. Se calcula, de acuerdo con lo ya transcurrido en China, Italia y España, que, entre el conjunto de personas contaminadas por coronavirus en el mundo, entre el 10 a 12% corresponden a trabajadoras/es del sector de la salud, en tanto al ser la primera línea de atención de las personas que lo contraen, quedan expuestos a su contagio, asunto que a su vez hay que decirlo con claridad, se constituye en una enfermedad laboral.

Cuando hablamos de trabajadoras y trabajadores del sector salud, nos referimos a un espectro muy amplio de quienes actúan en la primera línea de atención en salud, tanto en el sector público como privado, que va desde los niveles más básicos (atención comunitaria en salud, vigilancia epidemiológica), hasta los más complejos (unidades de cuidado intermedio e intensivo) e incluye al conjunto de técnicos, tecnólogos y profesionales de la salud, también a los transportistas, personal del aseo, celadores, entre otros.

Según una editorial de esta semana de la revista The Lancet, en China más de 3.300 trabajadores de la salud habían sido infectados a principios de marzo y a finales de febrero al menos 22 habían muerto. Para el caso de Italia se refiere que el 20% de los trabajadores sanitarios que respondieron estaban infectados, y algunos han muerto.

Según otra fuente de carácter periodístico, en Italia en esta semana se contabilizan 4.824 profesionales de la salud contagiados, y la muerte de 33. En España, esta semana registraba 3.475 trabajadores infectados.

Para el caso de Colombia, hasta ahora conocemos del contagió del médico que atendió en Cartagena al señor taxista, que desafortunadamente se constituyó en el primer caso mortal por coronavirus en el país; pero lo cierto, es que aún no hemos iniciado la etapa dura del contagio.

Ahora, el tema hay que mencionar no es solo el contagio, también hay un aspecto de la salud mental de las y los trabajadores sanitarios. De un lado, la gran ansiedad por el riesgo de no estar bien protegidos y terminar llevando a sus hogares el contagio y de otro, la cantidad e intensidad de trabajo desbordado que han tenido que llevar a cabo y el estar cercano a la muerte de muchas personas, en donde sus familiares no han podido despedirse, como lo relata una médica en Nueva YorkDemasiada gente está muriendo sola, sin absolutamente nadie de su familia alrededorha sido increíblemente doloroso ver el sufrimiento de los familiares”.

Bien por los aplausos, pero se requiere trabajo digno y seguro

La sociedad en múltiples países, incluido Colombia, ha tenido un enorme gesto de reconocimiento y solidaridad con las y los trabajadores del sector de la salud, aplaudiéndola desde los hogares, y refiriéndose a ellas y ellos como héroes.

Y aunque esto es valioso, es totalmente insuficiente y no puede justificar que se les envié “al frente de batalla” como “carne de cañón”, en tanto la enorme inestabilidad laboral y la precarización de las condiciones de trabajo en que han venido estando, producto de una política neoliberal condensada en la Ley 100 de 1993, ha hecho que las condiciones de trabajo de las y los trabajadores de salud en Colombia hoy sean indignas, inestables e inseguras, que los somete a trabajar en condiciones de total desprotección en donde con facilidad terminaran contagiados por el coronavirus.

El conjunto de organizaciones sindicales del sector salud y de agremiaciones de profesionales de la salud, han venido denunciando las graves condiciones laborales en que se encuentran sus afiliados, la ausencia de pago de salarios por meses a muchos de estos trabajadores, el grueso de personal contratado de forma totalmente inestable por prestación de orden de servicios y las muy débiles o ausentes medidas de salud y seguridad en el trabajo.

De manera particular, también se denuncia la falta de garantías de bioprotección por parte de los empresarios y gerentes de las instituciones de salud, y los ojos ciegos de las administradoras de riesgos laborales (ARL), que han evidenciado toda su insolidaridad en este momento y que se han hecho las de los oídos sordos frente a su responsabilidad de actuar para proteger la salud y la vida del conjunto de trabajadores de salud que se encuentra afiliados a ellas.

Los y las trabajadoras plantean enormes preocupaciones en tanto, en el contexto de la pandemia, están recibiendo presiones para ir a la primera línea de atención en condiciones de mucha bio-inseguridad o de lo contrario, se les establecerán licencias laborales obligatorias no remunerada. Así mismo, están siendo reubicados en actividades en las cuales no hay preparación, ni inducción adecuada y sin dotación de elementos de protección personal (EPP).

Hoy esta crisis global de salud pública revela con amargura el debilitamiento de los sistemas de salud en el mundo, producto de su privatización y la enorme precarización laboral a que están sometidos las y los trabajadores de este sector.

Un asunto que debe salir como lección de esta crisis, es que necesitamos retomar en las manos del Estado y las comunidades, el sistema de salud y el sistema de protección de salud en el trabajo. Requerimos contar con una real autoridad estatal sanitaria, así como una real autoridad estatal laboral que ponga en cintura a los empresarios y a las ARL en materia de salud y seguridad en el trabajo.

Pero para que suceda esto, se requiere que esta crisis global le abre la conciencia a la sociedad para que reconozca el enorme valor que tienen el conjunto de trabajadores de la salud para el bienestar de la sociedad y que la movilice para que se genere el reconocimiento social que merecen y se configuren formas laborales estables, dignas y seguras para este conjunto de trabajadores/as.

Qué se viene haciendo

En el plano internacional las orientaciones de la OMS-OPS (Organización Mundial de la Salud y Organización Panamericana de la Salud) y de Centros de Control de Enfermedades en diversos países, indican claramente que el conjunto de trabajadores/as del sector salud deben estar bioprotegidos para la atención de la pandemia, lo que implica cumplir con un conjunto de protocolos estrictos en términos de condiciones de trabajo, de procedimientos en el trabajo y de EPP. Y lo que refleja la realidad, es que se está muy distante de esto.

A nivel nacional, este aspecto de bioprotección a los trabajadores no ha tenido la contundencia que la situación demanda y las y los trabajadores a gritos piden que se les dote con los EPP que técnicamente se requieren, no con cualquiera. Esto es reflejo de lo que viene y puede seguir pasando, por lo tanto, la bioprotección a los trabajadores debe ser en tiempos de epidemia y de no epidemia.

Diversos sectores sindicales y gremiales tienen muy clara esta situación y vienen impulsando acciones, campañas, formación y orientación a sus afiliados para que entren a protegerse y demandar que efectivamente existan las condiciones de seguridad biológica.

Es el caso de los trabajadores del sector salud sindicalizados y afiliados a la Internacional de Servicios Públicos (ISP) que a través de boletines les han indicado a sus afiliados que “trabajadores seguros salvan vidas”.

Por su parte el gremio de las profesionales de la fisioterapia, ASCOFI (Asociación Colombiana de Fisioterapia) ha establecido un conjunto de herramientas de orientación y comunicación, para contribuir a la orientación de los fisioterapeutas y otros profesionales de la salud, en el abordaje de los pacientes con infección por coronavirus. Igualmente, están liderando el montaje en línea, de un sistema de monitoreo en bioseguridad en las instituciones del sector salud, como un dispositivo para recoger información y hacer acompañamiento y denuncia, que permita presionar cambios inmediatos y garantías para las y los trabajadores frente a la pandemia.

También han aparecido campañas en la plataforma change impulsadas por diversos actores, entre ellos la Asociación Médica (ASMEDAS) de Antioquia, para “Priorizar protección a trabajadores de la salud salvará muchas vidas ante COVID-19” e igualmente, han rechazado la  discriminación a personal de salud por parte de la ciudadanía.

A la par, han surgido diversos programas comunicativos para realizar análisis de las muchas aristas de la pandemia, como ha sido la serie de programas de análisis hecho por Desde Abajo, uno de cuyos programas abordó la “Situación de los trabajadores de la salud. ¿Amenazada la salud de la primera línea de atención?”.

Qué se requiere

En una reflexión entre algunos dirigentes sindicales, líderes de gremios de profesionales de la salud y académicos, se considera que en este tema se requieren acciones urgentes.

Es claro que el Sistema General de Riesgos Laborales en Colombia, adolece del desarrollo de estrategias pertinentes para el cuidado de la salud de los y las trabajadores, y que esta situación de crisis lo evidencia claramente.

Al igual que en el tema de salud general, acá la intermediación de las aseguradoras (ARL) se interpone y se lucra a expensas de la salud y la vida de los trabajadores. Así mimos, hay una falta de compromiso de los empresarios para la protección de la salud de los trabajadores, de las cual son responsables. Y no existe una autoridad estatal fuerte que inspeccione, vigile y controle el rol de los empresarios y ARL en esta materia de salud y seguridad en el trabajo.

También se reconoce, la enorme desigualdad generada por el tipo de contratación que tiene las y los trabajadores del sector salud, que debe ser transformada, en el sentido que todas y todos deben contar con estabilidad laboral, salario digno y protección de la salud en su trabajo.

Se requiere con urgencia, que el Ministerio de Trabajo, en su condición de rector estatal del ámbito laboral, cumpla su rol de autoridad en materia de seguridad y salud en el trabajo, vigilando y conminando a que las ARL actúen como corresponde en estos momentos de emergencia de salud pública que vive el país e igualmente, que inspeccione, vigile y controle al conjunto de dueños y gerentes de las IPS, tanto públicas como privadas, para que desarrollen de manera adecuada los protocolos de bioseguridad y doten a los y las trabajadoras con el conjunto de EPP que se requieren, en cantidad y calidad técnica.

Así mismo, se considera que el Ministerio de Trabajo debe usar, en esta condición de emergencia de salud pública, los recursos del Fondo de Riesgos Labores y los dineros destinados a la promoción y prevención de las empresas del sector salud, para la compra de EPP necesarios para las y los trabajadores.

Por último, se anota la necesidad de impulsar una campaña nacional de monitoreo y asesorías para el desarrollo de acciones en cada una de las instituciones de salud, para la protección de la salud y vida de los trabajadores, que combaten y combatirán la epidemia. Se hace necesario en este monitoreo, la realización de pruebas de coronavirus para hacer adecuado seguimiento a la condición de salud de las y los trabajadores y tomar las medidas de aislamiento oportunamente. Y articulada a esta iniciativa de monitoreo, se propone que el Fondo de Riesgos Laborales financie un proyecto de un Observatorio de Salud de los trabajadores de la salud en la pandemia.

Es claro que esta gran crisis de salud pública ha revelado la enorme debilidad del sistema de salud y del sistema general de riesgos laborales en Colombia, la precariedad laboral y el nivel de desprotección de la salud en el trabajo, lo que deja como conclusión la urgente necesidad de transformar profundamente el sistema de seguridad social en el país, para establecerlo como un bien común y no un escenario de lucro; y a su vez, la urgente necesidad de configurar condiciones laborales dignas y seguras para el conjunto de trabajadores/as del sector salud.

Edición 675 – Semana del 28 de marzo al 3 de abril de 2020
   
 
Importante: Cada autor es responsable de sus ideas y no compromete el pensamiento de Viva la Ciudadanía.
Se permite la reproducción de nuestros artículos siempre y cuando se cite la fuente.
 
 
 
 
comentarios suministrados por Disqus