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La hazaña de Estamos Listas |
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En el caso de este movimiento se advierte que su propósito es programático; que la estrategia, el qué, es clara: consolidar el partido de las mujeres para gestionar un Estado feminista; pero su mayor reto puede estar en la táctica, en la acción de corto plazo, en el cómo; porque hay que definir las alianzas, si se apoya o no el programa de una campaña a la presidencia, si se forma parte de un bloque de poder o se continúa avanzando en solitario. |
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Fernando Valencia Rivera |
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Estamos Listas Colombia recaudó 76.000 firmas de apoyo para presentar su lista al Senado y obtuvo más de 108.000 votos; y aunque recibió apoyos en los 32 departamentos del país, su mayor fuerza se reflejó en Medellín y Bogotá, con más de 21.000 y 35.000 sufragios respectivamente. Esta organización incursionó en la contienda electoral en 2019, cuando logró hacerse a una curul en el concejo de Medellín con 28.000 votos. Este ejercicio democrático tiene algunas particularidades que deben resaltarse, como la de ser uno de los casos en los que el número de votos es superior al de las firmas de respaldo, lo que podría dar cuenta de la seriedad y transparencia con que fueron recogidas; así como la de haber presentado una lista que, a pesar de ser cerrada, se conformó con mujeres de condiciones políticas bastante homogéneas, sin la pretensión de responder a un orden jerárquico o caudillista. También ha llamado la atención la metodología con que se han definido los diferentes aspectos de la organización y la campaña, acudiendo a formas de democracia directa; así como la autogestión, el llamado a la solidaridad y al trabajo voluntario, para desarrollar y financiar las labores propias de este tipo de movimientos. El resultado de esta última campaña, lejos de ser una derrota, representa un gran avance en el proceso y abre un horizonte de oportunidades. El movimiento ha pasado de ser una iniciativa regional a una nacional, de ser fuerte en Medellín y Antioquia, a sumar una importante presencia también en Bogotá y Cundinamarca, logrando recaudar en estos dos departamentos y en el Distrito casi 80.000 votos. Además del impacto logrado en la capital del país hay que ponderar el resultado obtenido en el área metropolitana de la capital paisa, donde logró más de 9.000 votos en municipios diferentes a Medellín, con énfasis en Envigado, Itaguí y Bello; y los votos de la subregión de Oriente antioqueño, con casi 2.000 sufragios en Rionegro y los municipios vecinos. La gesta sería ya prodigiosa para cualquier proyecto de organización política, pero tratándose de la causa de las mujeres en un país machista como el nuestro, con banderas feministas, en medio de una coyuntura polarizada por el reciente fallo de la Corte Constitucional sobre el aborto y con sus bases en la región más conservadora del país, debería ser valorada como una verdadera hazaña. Arrebatar votos a la tenaza política constituida por la alianza entre la iglesia y la clase política en Antioquia no ha sido tarea fácil, y menos aún para las mujeres que luchan por sus derechos. Sobre el futuro de este proyecto, ya se abre un abanico de posibilidades. Si partimos de considerar que el método de campaña se basó en el contacto directo y personal, dada la falta de recursos para la difusión en medios, y que la participación es más orgánica que de opinión, podría esperarse que en buena parte de los municipios donde se obtuvo votación queden nodos, dinamizadoras o activistas de la organización, lo cual abre la posibilidad de alentar algún tipo de incidencia en las elecciones territoriales de 2023. Los balances políticos no deben hacerse exclusivamente con base en los resultados de una elección, no solo porque los niveles de votación son determinantes siempre y cuando se mantengan en el mediano plazo, sino también porque el ejercicio de poder en el Estado no se reduce a la representación en los cargos públicos. La política se gestiona con muy diversas formas y métodos, con organizaciones que van desde la militancia partidista hasta el anarquismo, con liderazgos colectivos o caudillistas, con contenidos programáticos o populistas, con participación electoral o abstencionismo; con una flexibilidad tal, que todas estas opciones pueden combinarse o variar en el tiempo, pero siempre restringidas a un objeto fundamental: acumular poder para la incidencia en el Estado. Este efecto buscado puede ser de tipo restringido, como cambiar una norma; amplio, como adoptar una política; o genérico, como impulsar un programa estratégico, caso en el cual casi siempre se requiere cambiar también la estructura del Estado. En el caso de este movimiento se advierte que su propósito es programático; que la estrategia, el qué, es clara: consolidar el partido de las mujeres para gestionar un Estado feminista1; pero su mayor reto puede estar en la táctica, en la acción de corto plazo, en el cómo; porque hay que definir las alianzas, si se apoya o no el programa de una campaña a la presidencia, si se forma parte de un bloque de poder o se continúa avanzando en solitario. Tal como se ha dicho, los caminos de la política son muy diversos, y los resultados dan cuenta de que Estamos Listas crece y acumula poder; no obstante, lo cual pudiera definir algunos ajustes a su método en virtud de las condiciones que ofrece el actual momento político. El dilema podría estar entre seguirse fortaleciendo exclusivamente con la metodología de los nodos locales, con miras a las elecciones territoriales, o si esto se combina con la vinculación a una coalición de gobierno, donde habrá que ceder algunas cosas en función de recibir otras, para sumar a un proyecto colectivo más amplio. Lo importante en esta difícil decisión de la coyuntura es no perder de vista que el programa feminista sólo será posible en un nuevo modelo de Estado, con una estructura política, social y económica dirigida a la eliminación de todas las inequidades; y que para lograr esto es necesario sumar fuerzas, interpretar adecuadamente este importante momento de la historia en nuestro país. Se corren algunos riesgos cuando hacemos alianzas, pero ningún proyecto político logra avanzar completamente sobre seguro, ni siquiera cuando lo hace en solitario. Edición 770 – Semana del 19 al 25 de marzo de 2022 | |||||||||||||
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