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Colombia: elecciones de medio siglo y democracia subalterna en alza |
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La democracia subalterna sublevada y en rebeldía de diversas maneras parece entender el llamado reformista de la Colombia Humana, y disponerse a resolver la crisis de hegemonía, de dirección de la sociedad civil, primero, a través de un triunfo presidencial, y luego con un conjunto de reformas, que, de no ser atendidas en el Congreso, tendrán que ir al escenario de una constituyente social tantas veces aplazada. |
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Miguel Ángel Herrera Zgaib, PhD |
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Parte III Hoy conoció Colombia el escrutinio de los votos para Senado, y los correspondientes a las tres coaliciones, luego de haberse vivido los tremendos y significativos contrastes entre los votos realmente depositados y los que aparecieron en el pre-conteo. De modo particular, la expectativa de la veeduría desplegada por el Pacto Histórico de más de 100.000 voluntarios acreditados para cubrir de todas las mesas advirtió cómo, con su vocero principal, el senador Roy Barreras, reportaron que había algo más de 400.000 no contabilizados. El resultado del escrutinio y las reclamaciones lo tiene la ciudadanía y el público a la vista: Citemos a quienes obtuvieron los primeros lugares enseguida. Advirtamos, igualmente, que el total de votos válidos depositados para esta circunscripción nacional fue de 16.613.449. El umbral de 498.403. También es importante restar a propósito de candidatos al senado, las siguientes categorías: 1.060.804 en blanco, 735.635 nulos, y 527.070, no marcados. Todo lo cual tiene especial significación, porque restándolos del total, no señala que los votos depositados por candidatos y listas cerradas y abiertas sumó: 15.552.645 votos. – Pacto Histórico: 2.724.883. Curules: 19. ¿Qué dicen los resultados de Coaliciones y Senado? Del examen de estos resultados, queda claro para todos que la coalición más votada fue el Pacto Histórico, resultado del acuerdo entre cinco agrupaciones políticas. Y que, al tomar en consideración los resultados de la elección de 2018, es evidente la lección aprendida, en términos de cómo obtener los mejores resultados posibles juntando fuerzas afines al proyecto de la paz y la reforma del modelo económico y social imperante juntas. Es tan importante el resultado obtenido en esta primera elección, que el Pacto Histórico en su pluralidad guardada por la fórmula de “la cremallera”, entre hombres y mujeres intercaladas, alcanzó 19 senadores, el mismo número que los que eligiera el Centro Democrático, que ahora va de salida derrotado su líder por el principal adversario histórico, Gustavo Petro, firme denunciante de la parapolítica en su punto de origen, el eje reaccionario de Antioquia/Córdoba, y su guardia blanca, las Convivir y su destape la AUC. Cuando la cabeza era el hoy exsenador subjúdice, Álvaro Uribe Vélez, de vuelta al gobierno con su ungido, Iván Duque, para cumplir el periplo de los 20 años, solo le alcanzó para tres. Eso sí, se movió en un primer momento con las bases casi llenas, pero al prosperar la causa penal revertida contra él, en los estrados de la CSJ, para “defenderse” tuvo que renunciar al senado para actuar con mayor libertad por consejo de sus apoderados. Es lo que estuvo haciendo personalmente, este viernes, en Paloquemao, cuando rindió declaración ante la juez de la causa, quien le impidió cualquier perorata que no fueran los asuntos estrictamente penales. Si mirando a las cifras contabilizadas para senado hacemos una sumatoria de fuerzas afines con la paz neoliberal de Santos y Farc – EP, la votación sería de 6.738.369, juntando a PH, PL, AVCE. Le podríamos adicionar 798.588 votos, la mitad de la votación de Cambio Radical, y restársela como hipótesis de trabajo. Esto porque su líder, Germán Vargas está con la paz. Fue vicepresidente de Santos, y criticó a Uribe y aliados, la reacción pura y dura, que integra a CD+PCC+CR+PU+CMCJL. Es un bloque de fuerzas que sumado obtuvo esta vez 7.189.411. Si hacemos la resta anunciada, quedaría en 6.390.823 votos. Esta última que es la armadura del bloque de la guerra social y la lucha de clases. Que aún preside el CD, como la punta de lanza del bloque dominante actual; y cuya dirigencia destila odio cada que puede contra “el guerrillero Petro”. María Fernanda en coro con Uribe Vélez, su mariscal de campo de capa caída y a la defensiva estratégica por estos días. Con esta suma y esta resta de 798.588 votos, entonces, el bloque de la paz se habría impuesto su adversario el bloque de la guerra. De otra parte, ahora, tomando en cuenta las curules, esta sería la distribución. La que dirige el PH tendría hasta 52 senadores (sumándole 4 de Cambio Radical.) De no serlo, la suma serían 48. En el bloque que dirigen la reacción y la derecha integradas, el partido proguerra sumaría 53 votos, y tendría la mayoría de 5 senadores frente a su adversario. Si sustraemos 5 de los 11 senadores para el bloque de la paz, la diferencia favorable a éste sería de 52 a 48. Pero a la fecha, la realidad señala que la fuerza progresista está en minoría, y sus potenciales aliados, las fuerzas de Centro más es el Liberalismo comandado por el expresidente Gaviria tienen la expectativa abierta de apoyar al candidato de Centro Esperanza, Sergio Fajardo, quien fue el primero, por demás, en anunciar su fórmula vicepresidencial, Luis Gilberto Murillo, de Colombia Renaciente, una minoría Afro que lo tenía como candidato, este viernes. Otras cuentas Al realizar el ejercicio de redondear los resultados de las votaciones “primarias” del pasado 13 de marzo, el PH alcanza una cifra cercana a los 6 millones (5.573.894), mientras que la coalición que preside Fico y sus aliados suma alrededor de 4 millones (3.987.120), y la coalición Centro Esperanza apenas 2.2 millones (2.158. 575). Puesto que su liderazgo está bajo Sergio Fajardo, quien rechaza cualquier asociación con Petro, por dizque fomentar el odio y el populismo. Lo más seguro es que de no triunfar en la primera vuelta Gustavo Petro, por ser su coalición la puntera, Fajardo respaldará a quien vaya a rivalizar con el PH, al que no ponen en duda, en cualquier caso, como uno de los finalistas. En esta oportunidad, cuando la abstención fue mayor, el 54,7%, sin embargo, nadie descarta que de esta saldrán alrededor de 8 millones de votantes que se repartirán de modo desigual entre el abanico de competidores, siendo los principales, por votación obtenida, Gustavo, Fico, y de últimas Sergio; y con ellos los que no se hicieron contar en las “primarias”, estos son, Ingrid Betancourt y Rodolfo Hernández. Los quíntuples se jugarán con sus respaldos con la intención manifiesta de vencer a Petro, en el sentido de impedirle que obtenga la mayoría del 50% más un voto, que le permitiría hacerse por primera vez a la presidencia de Colombia. De no ocurrir esto, y prosperar sus rivales en la pretensión de llevar las cosas a la segunda vuelta, entonces, el ballotage forzará a todos a definirse en términos de uno u otros bloques, en disputa. Uno, a las claras, es el bloque de la paz integral con todos los grupos políticos alzados en armas, con quien reanuda las negociaciones interrumpidas, modifica el modelo capitalista extractivista de manera progresiva, modifica el régimen de pensiones, y restablece el principio de autodeterminación de los pueblos/nación, y reanuda relaciones diplomáticas con su más inmediato y activo vecino, Venezuela, y cesa en los privilegios con el más poderosos aliado del hemisferio norte. El otro es el bloque de la reacción y la derecha juntas que no considera que pueda ganar la primera vuelta, porque la fuerza principal de la reacción se debilitó, perdió senadores, 6, y también representantes. El CD quedó reducido a una fuerza congresional minoritaria, pero en todo caso relevante para hacer mayorías, e inclinar la balanza para darle el triunfo al candidato del establecimiento. En este caso se trata de Sergio o Federico, que no tienen partido reconocido con personería jurídica, aunque Fajardo si haya tenido una fuerza política, Compromiso ciudadano, que no logró elegir a nadie por su cuenta. Además, el repunte y debut de Rodolfo e Ingrid en esta contienda están lejos de “hacerle cosquillas” a los punteros del 13 de marzo. De conformidad con lo que las encuestas han registrado, y los resultados obtenidos en las listas que apoyaron para congreso. Pero, eso sí, hacia dónde dirigirán los votos que se depositen por uno y otra. Lo probable sería que Rodolfo, en un arresto arrecho se vaya con Petro, mientras que Ingrid haga lo que hizo Antanas cuando disputó la elección presidencial, dejar en libertad a sus votantes. Gustavo Petro anunció hace tiempo que esta será su última elección. Si la tercera no es la vencida se retira del ejercicio activo de la política, y de aspirar por cuarta vez a ser presidente. Pero, en todo caso, será el capitán de la más grande movilización pacífica de la oposición democrática con disposición para ser gobierno, en la elección más importante del medio siglo, en realidad 52 años contados desde el fraude “no probado” legalmente contra Anapo y sus aliados, el 19/04/1970 hasta el 29/05 o el 19/06, según fuera el caso. Se habrá probado también la vocación de ser gobierno que anima por millones, a los grupos y clases subalternas. A los gobernados de siempre, frustrados en tres oportunidades, con el asesinato de Gaitán, el robo a la Anapo, y el rosario bestial de magnicidios en la parte final del siglo XX. Esta vez, con el fulminante del estallido social de 2020, movilizados por millones en las principales, reprimidos mortalmente, y perseguidos, se disponen a votar por una opción viable, el progresismo social liberal. El Estado, la Igualdad y la democracia de los subalternos Este progresismo que reclama la herencia liberal por las reformas sociales, económicas y culturales,2 encarna, representa y fundamenta la fórmula pactista de un gobierno nacional de base subalterna popular, con la que resuelve juntas dos crisis, una de larga duración del capitalismo dependiente y periférico, declarada desde los fines de los años 40, del siglo pasado; y otra, una crisis de hegemonía que es el resultado de la degeneración democrática producida en la fórmula neopresidencial de actuar el estado social de derecho con ejercicios de democracia representativa pactados en la Constituyente de 1991. Claro está, fue una constituyente pactada su contenido definitivo en secreto, y no refrendada por la multitud ciudadana, para corregir ese engaño de la tercera fuerza de oposición. Eso se tradujo en el embuchado de la apertura neoliberal de la economía que hizo inviable un ejercicio democrático, interrumpiendo una vez más, la revolución democrática en curso desde los años del siglo XX3. Al hacerlo así, sacándole el bulto a las reformas requeridas para aclimatar la igualdad social, cubrieron de sangre el segundo parágrafo del artículo 13, de la nueva Constitución. Se desbordaron las protestas, la acción armada de las insurgencias subalternas, el narcocultivo como formas de empleo, auto-empleo y sobrevivencia de millones de pobres y trabajadores de toda condición. El desastre social ocasionado por esta desigualdad inducida y reproducida en favor de los pocos está a la vista en beneficio del capital financiero voraz, un oligopolio de dos grandes conglomerados que, a manera de ejemplo, manejan $300 billones de pesos, como lo denuncia el candidato Petro y lo corrobora quien presidiera la Junta del Banco de la República, el economista Salomón Kalmanovitz, en su escrito, y verbalmente en entrevista de este viernes en W Radio. Esta vez, no se repite lo que pasó en el año 2018. Hay cinco partidos que conforman el Pacto Histórico, una suerte de Frente Amplio, no Único, entre obreros y campesinos, con la intelectualidad radicalizada y revolucionaria como pasaba en los momentos decisivos de una revolución social, en condiciones de una guerra interimperialista. Aquí, en lugar de una guerra de movimientos, lo que estamos es en presencia de una guerra de posiciones democrática, en el escenario global, regional y local. A su manera, Ucrania y su crisis, Suramérica y su crisis con la vulgata neoliberal del hegemon estadounidense en decadencia que lo enfrenta con Venezuela. Aunque ahora busca dizque pactar con ella, para obtener acceso al petróleo como ayuda en la guerra de trincheras que apoya por debajo de cuerda, contra la Rusia de Putin, que no resiste más el cerco nuclear. Y claro, Colombia vive un tiempo de recesión manifiesta, y desigualdad inaudita, que hambreó a millones y los puso en las calles junto con la clase media que no tiene movilidad ni muerte aseguradas. En cambio, si sufre y padece la corrupción a manos llenas, y el derrumbe de un sistema de salud que convirtió a la salud en mercancía, dizque con el pretexto de resolver las ineficiencias del ISS. Por eso, la democracia subalterna sublevada y en rebeldía de diversas maneras parece entender el llamado reformista de la Colombia Humana, y disponerse a resolver la crisis de hegemonía, de dirección de la sociedad civil, primero, a través de un triunfo presidencial, y luego con un conjunto de reformas, que, de no ser atendidas en el Congreso, tendrán que ir al escenario de una constituyente social tantas veces aplazada. Edición 770 – Semana del 19 al 25 de marzo de 20221 Los de minorías indígenas, más los pactados en los Acuerdos de La Habana. En este caso no se hace un examen de detalle de los resultados de Cámara que son, sin duda, indiciarios y relevantes, con respecto al tipo de cultura subalterna dominante, de corte súbdito/parroquial en la mayoría de los casos. Bajo el control tradicional del bipartidismo, o bajo la intimidación y la cooptación de la para-república entronizada en los gobiernos de la seguridad democrática, con la legalización de esas estructuras ilegales. De lo cual es prueba, la reciente elección del hijo del más sanguinario jefe paramilitar, Jorge Tovar Pupo, con la cínica y criminal pretensión de declararse víctima, para usurpar una de las 16 circunscripciones especiales de paz. Parasitadas por el régimen para-presidencial, cuyo desmonte tampoco hizo el presidente de la paz neoliberal, Juan Manuel Santos. 2 En particular, Petro invoca en sus discursos de plaza y en las entrevistas el tiempo de la revolución en marcha de López Pumarejo, y le suma las demandas de Gaitán, luego de Lleras Restrepo, en una suerte de conjunto heteróclito, que, en todo caso, más allá de su verdad. Busca resolver el problema del triunfo de la oposición de modo pacífico y rotundo, por la primera vez. Para lo cual necesita como aliado electoral y programático al liberalismo, porque no piensa que una apelación directa al constituyente directo con mayor radicalidad sea la fórmula del triunfo en una Colombia donde el sentido común dominante es el conservador todavía, repartido entre la reacción calcitrante y la derecha vergonzante. 3 Es de lo que responsabilizó Gustavo Petro a Antonio Navarro, quien negoció a puerta cerrada, excluyendo a Álvaro Gómez, al llamado de César Gaviria y Horacio Serpa, en conciliábulo. Así lo expresó en su libro Una Vida, muchas vidas. Con todo, Petro pareciera estar caminando un recorrido parecido cuando dialoga en secreto con el mismo personaje, César Gaviria, por estos días. | |||||||||||||
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