Crímenes de guerra
y justicia universal

 
 
 

En la justicia universal se aboga por la concurrencia de jurisdicciones para encontrar la cooperación en el manejo probatorio. La justicia universal lucha contra la impunidad mundial, buscando enjuiciar a los intocables, cuando la justicia en cada país ha fracasado, es cerrada o es posible juzgar por el miedo de los jueces a los mandatarios de turno. La justicia universal es de carácter excepcional.

 
Alberto Ramos Garbiras1
 
 

Ya 41 países respaldaron la imputación a Rusia que hizo el presidente Zelenski de Ucrania, ante el Tribunal Internacional de Justicia – TIJ con sede en La Haya, por la responsabilidad estatal con el quiebre del orden nacional cometiendo genocidios y crímenes de guerra, rompiendo el derecho internacional por la invasión que ordenó Vladimir Putin desde el 24 de febrero, solicitando además indemnizaciones. Existe otra institución que investiga los crímenes más atroces, la Corte Penal Internacional – CPI, también tiene sede en La Haya, pero Rusia no suscribió el Tratado de Roma, por lo tanto, no es país parte, puede eludir la investigación, y la CPI no lleva a cabo juicios en ausencia. La diferencia es esta: el TIJ está facultado para investigar y sancionar la responsabilidad de los estados; mientras que la CPI investiga a los presidentes, mandatarios, altos mandos, militares, por la responsabilidad penal individual en los delitos que se resumen en cuatro áreas: Crímenes de guerra, lesa humanidad, crímenes de agresión y genocidio.

Ya el senado de los EE. UU. expidió una Resolución donde determina que Putin es un criminal de guerra, también el presidente Joe Biden ha dicho ante los medios de comunicación que él lo califica de la misma manera. Existe información de ejecución de rehenes y asesinato de civiles porque se está disparando indiscriminadamente violando el principio de distinción entre combatientes y civiles. Están utilizando bombas racimo, bombas termobáricas, aviación que bombardea (guerra asimétrica), transgrediendo normas del derecho de guerra que colateralmente contienen los convenios de Ginebra. Los efectos se están viendo, Rusia está quedando aislada de EE. UU. y de Europa, por las sanciones ordenadas y puestas en implementación. Esta es una confrontación hasta ahora binacional que puede mirársele como una guerra híbrida, por la lucha financiera, económica, geopolítica y mediática-informática.

Joe Biden, en varias ocasiones ha intentado disuadir al presidente chino que no colabore en esta guerra de invasión, pero no ha logrado una respuesta afirmativa, siempre ha encontrado excusas y evasivas. En una nueva gestión diplomática el 25 de marzo, Biden se trasladó al continente europeo para adelantar tres reuniones importantes buscando la solución a esta crisis, se reunió con los 30 miembros de la OTAN, otra cumbre realizó con los mandatarios de la Unión Europea UE y en otra reunión estuvo con los integrantes del G-7. Biden trata de no perder el liderazgo que ha tenido el país que representa desde finales de la segunda guerra mundial por la cooperación que realizaron para vencer a los tres fascismos de esa conflagración. Hay quienes creen que tantas sanciones económicas dictadas contra Rusia para que cesen las agresiones en Ucrania, puedan ahogar la economía rusa, y Putin cederá. Hay otros que creen que el hará los esguinces para sortear estas sanciones y sobreaguar la ofensiva económica. De todas maneras, esta guerra toca a los EE. UU., afecta a toda Europa y ha creado una tensión mundial por la probabilidad del desatamiento de una tercera guerra mundial, pero nuclear.

Existe otra opción de investigación y castigo por explorar: La justicia universal. O jurisdicción universal. Esta figura de la globalización del derecho se hizo conocida por el juicio que Baltazar Garzón, magistrado de la Audiencia Nacional española le inició a Pinochet, logrando hacer efectiva su captura en 1998. Todos los países tienen jurisdicción internacional, pueden activar la justicia universal para iniciar procesos penales trasnacionales por los conciudadanos víctimas del país que la active. La justicia universal implica que se cumplan los tratados internacionales como los convenios de Ginebra, los convenios sobre la tortura, de genocidio de producción de refugiados como el Convenio de Viena, el Tratado de Roma y todos los tratados de derechos humanos suscritos. Por ejemplo, en el caso colombiano, el código penal en su artículo 2, sobre la integración normativa, describe que todos esos tratados internacionales hacen parte del código punitivo colombiano, y se puede hacer integrar el bloque de constitucionalidad. En la justicia universal se aboga por la concurrencia de jurisdicciones para encontrar la cooperación en el manejo probatorio. La justicia universal lucha contra la impunidad mundial, buscando enjuiciar a los intocables, cuando la justicia en cada país ha fracasado, es cerrada o es posible juzgar por el miedo de los jueces a los mandatarios de turno. La justicia universal es de carácter excepcional.

Otro caso conocido de efectividad de la justicia universal, y más reciente pues logró una condena en el año 2020, es el juicio que se realizó entre junio y julio de ese año; fue la investigación impulsada desde España contra los asesinos de los 6 jesuitas de la Universidad Centroamericana en El Salvador, 1989. El más conocido de ellos era el sacerdote vasco, Ignacio Ellacuria, los otros eran: Segundo Montes Mozo, Amando López Quintana y Juan Ramón Moreno Pardo. La investigación concluyó con el hallazgo de que hubo coautoría mediata con agentes del Estado, y del batallón Ataclatí, por lo tanto, se perpetró con terrorismo de Estado, estando incurso un exviceministro. Ese crimen dio pábulo para la producción de la reciente película española titulada “Llegaron de Noche”, con la colombiana Juana Acosta, estrenada recientemente en Madrid.

1 Especialización en derecho constitucional, Universidad Libre; Magister en ciencia política de la Universidad Javeriana; PhD en Realidad Política Latinoamericana, Universidad Nacional (UNED) de Madrid España; ha sido profesor de ciencia política en la Universidad Libre y la Universidad Santiago de Cali. Profesor de las asignaturas derechos humanos y derecho internacional, también asumió la cátedra de paz, en la Universidad Libre.

Edición 771 – Semana del 26 de marzo al 1º de abril de 2022
   
 
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