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Mare magnum |
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Está próxima una contienda electoral en momentos en que se necesita volver a los acuerdos de paz, luchar contra la corrupción, trabajar por la equidad y un medio ambiente sano. Es necesario un revolcón social, económico y político, con audacia, pero también con sensatez. De las/os electores depende a quien se elige, continuar por una senda probadamente desastrosa u optar por cambios consistentes, posibles y razonables. |
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Jaime Humberto Díaz Ahumada PhD |
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Datos y comentarios de coyuntura colombiana El domingo 13 de marzo las y los electores (38,8 millones) tenían que atravesar la trocha de las elecciones parlamentarias y unas pre-primarias presidenciales rodeados de una selva de opciones y de listas con nombres de todo pelambre, dignos e indignos. El árbitro que estaba al frente de este juego democrático era un desprestigiado y errático personaje que fungía como Registrador General de la Nación que hacía temblar a las barras. Las listas para Senado y Cámara de Representantes ofrecían un menú diverso y en algunos casos ponzoñoso. Había de todo como en botica, para bien y para mal. Por primera vez se estrenaban en 167 municipios listas para Representantes a la Cámara elegidos por las víctimas, pero triste, en algunos casos se colaron victimarios, como el elegido hijo de Jorge 40, temido paramilitar con operaciones en los departamentos del Cesar, Magdalena, La Guajira, Atlántico y Santander. También accedieron a curules fichas de partidos tradicionales que no podían participar. Son 16 curules que se otorgan y que en algunos casos fueron burladas, por el poder del dinero y por el poder del temor que infunden los violentos. Es saludable reconocer que al menos 9 de las curules fueron ganadas por auténticos representantes de las víctimas. Para la Cámara a nivel nacional, se contó con tres tarjetones, uno por el departamento respectivo y como alternativa otros dos, uno por Circunscripción Indígena y otro por Circunscripción Comunidades Afrodescendientes. Para el Senado se recibía un tarjetón con dos opciones, la Circunscripción Nacional (100 senadores) y la Circunscripción Indígena (2 senadores). En la Nacional se contaba con listas llamadas abiertas (voto preferente), o cerrada. En las cerradas se presentó el caso especial del Pacto Histórico, coalición de 17 partidos o movimientos de izquierda, que conformó una lista con el calificativo de cremallera, es decir paritaria entre hombres y mujeres. Finalmente, tres coaliciones llegaron a las urnas a definir el/la candidato/a que los representaría en “primera vuelta presidencial” que tendrá lugar el 29 de mayo. Si un candidato/a llegara a tener el 50% + 1, no habría segunda vuelta. En esta ocasión se presentaron tres coaliciones. El izquierdista Pacto Histórico, la Coalición Centro Esperanza (conformada por 5 partidos o movimientos políticos) y la derechista Coalición de la Experiencia, mejor conocida como Equipo por Colombia, que tenían como candidatos a exalcaldes, exgobernadores y el representante del partido conservador, para un total de 5 dirigentes. Como ha sido la constante, la abstención mantuvo su cifra mayoritaria. Para el Senado votó el 45,15%, es decir la abstención fue del 54,85%. Los partidos de izquierda aglutinados en el “Pacto histórico” obtuvieron la mayoría relativa. De los 100 senadores a elegir, obtuvieron 20. En el primer conteo se les atribuyó 16, pero ante reclamos sustentados pasaron a 19 y posteriormente “contando mejor” a 20. Esa confluencia tendrá 10 mujeres y 10 hombres en el senado. En general son senadores/as de lujo, lideres/as sociales, defensores/as de derechos humanos, ambientalistas, víctimas del conflicto Sin duda es un hito histórico, pero con la evidente necesidad de hacer alianzas para poder tener mayorías, asunto nada fácil que dificultaría la gobernabilidad de un posible presidente de izquierda. Se mira hacia los lados del Centro Esperanza, donde militan también sectores de izquierda y de centro, como también en las huestes del partido Liberal. A la izquierda se debe sumar los 5 senadores del Partido Comunes (representación de los exguerrilleros de las Farc) y al menos 1 de origen indígena. La Alianza Verde/Centro Esperanza tuvo un mejor resultado en las elecciones a Corporaciones (Senado y Cámara), que, en la escogencia del candidato presidencial, donde la votación fue bastante disminuida. De esta Alianza, para efectos de las elecciones parlamentarias, se había separado el Nuevo Liberalismo que resolvió jugar independiente, y su mal cálculo lo dejó por fuera del Congreso. Para el Senado la confluencia logró obtener 13 curules que se clasifican como de centro izquierda y son bastante independientes. El ex – ministro Humberto de la Calle, sin duda la persona más prestigiosa de esta alianza fue la cabeza de lista. No obstante, su experiencia política se postuló por el partido Verde Oxígeno, recién resucitado por la Corte Electoral y cuya “dueña” es Ingrid Betancourt, quien había dado un portazo a la alianza. Hoy (De la Calle) es rehén de ese partido, no obstante que lo salvó de desaparecer al lograr la cuarta votación más alta al senado. Quien sorprendió en votación fue el santandereano Jonathan Pulido, persona desconocida en el mundo de la política, pero con un sólido séquito en las redes sociales, obtuvo la tercera mejor votación nacional para el senado. Pulido es un periodista empírico, feroz crítico de la clase política tradicional y de la corrupción. El reconocido analista político, Ariel Ávila, llega también al senado por esta alianza. Los partidos Liberal y Conservador, no obstante, su desgaste, siguen teniendo un buen número de senadores y representantes. Sus cuadros o clientelas políticas, sus manejos burocráticos (sin excluir alguno que otro político serio y sólido), les siguen permitiendo tener un importante número de congresistas. Está por definir si cada uno de estos partidos llega a 15 senadores o se quedan con 14. El partido Conservador es netamente de derecha, en el Liberal se pueden encontrar gente de derecha, centro o izquierda. El partido Centro Democrático sin su líder indiscutido en el tarjetón electoral, Álvaro Uribe, va a llegar al Congreso bastante disminuido y también maltrecho internamente. La disputa es por radicalizarse más hacia la derecha. Tendrá 13 senadores, después de haber tenido 20 en el 2014 y 19 en el 2018. Los partidos de la U y Cambio Radical, no obstante, su alto clientelismo, siguen disminuyendo, el primero con 10 senadores y el segundo con 11. Los partidos neoconservadores ligados a las iglesias (MIRA y Colombia Libre y Justa) habían hecho frente común. No obstante tener una “clientela cautiva”, esta vez mucha de su feligresía tomo sus libertades y se fue por otros lares. En definitiva, pasaron de 6 a 4 senadores. Los elegidos son del MIRA, que tiene un partido muy organizado y disciplinado, además de muy sumiso. Los sectores progresistas avanzaron de manera importante en el Senado, por el número y por la calidad en general de los congresistas elegidos, pasaron de 18% en las elecciones del 2018 al 31,8% en las del 2022. Sin embargo, los partidos tradicionales que se resisten a cambios sociales, económicos y políticos continúan prevalecido y siguen contando con mayorías en el Senado. Es clave el rumbo que tomen los senadores del partido Liberal, pues pueden contribuir a inclinar la balanza, pero es claro que en su seno existen diferentes tendencias, como se ha podido comprobar en los últimos gobiernos. En la Cámara de Representantes también se tuvo un ajuste sustancial, las fuerzas alternativas crecieron de manera importante, pasaron de un 15% a un 28,7%. El Pacto Histórico, pasó de 7 a 27 Representantes; el Centro Esperanza de 10 a 13; surgieron otros pequeños movimientos que en estas elecciones obtuvieron 8 curules. A estas cifras se debe sumar la del Partido de Los Comunes, que son 5. Se unirán también a la bancada progresista el sector más amplio de las curules de las víctimas (posiblemente 9) y el elegido por los colombianos en el exterior, que es del Pacto Histórico. Es de resaltar que el centro izquierda goza de importantes mayorías en Bogotá, 12 de 17 curules son un hecho significativo. Los partidos políticos tradicionales siguen siendo mayoría en la Cámara. En las regiones cuentan con importantes maquinarias y clientelismo que los perpetúa, además cuentan con una aceitada influencia del gobierno central y recursos que fluyen para obras con evidentes cartas marcadas. El Partido Liberal pasó de 35 en el 2018 a 32 en el 2022; el Pardito de la U de 25 a 15; el Partido Conservador fue la excepción pasó de 21 a 25 curules; el Centro Democrático, fue el más golpeado paso de 32 a 16 curules; Cambio Radical, también de capa caída paso de 30 a 16; otros partidos de la derecha tuvieron las mismas 4 curules. Restando y sumando los partidos tradicionales pasaron de 147 a 108 Representantes a la Cámara, es decir pasaron de un porcentaje de 86% a 64%. En su conjunto las bancadas alternativas pasaron de 47 curules a 91 en el 2022. Se avanza de manera importante, aunque no sería fácil una gobernabilidad en el caso de ganar la izquierda. Eso hace pensar en nuevas alianzas, no siempre vistas de la mejor manera, por ejemplo, con el Partido Liberal o al menos con sectores de éste. Este panorama no sería completo, sino observamos el comportamiento de las candidaturas cuestionadas y elegidas por distintos motivos delincuenciales: corrupción, constreñimiento electoral, compra de votos, concierto para delinquir, cercanías con el paramilitarismo, etc. En la mayoría de los casos el cambio de repuesto es un familiar, pues con ellos se asegura más la dependencia, no se confía tanto en los amigos que pueden buscar independencia. Presentamos en un cuadro el resumen de la investigación realizada por la Fundación Paz y Reconciliación (PARES). Balance de las candidaturas cuestionadas, cuales resultaron elegidas y cuales no: Se identificaron 108 candidaturas con cuestionamientos, de estas cinco particos concentran el 90% el Partido Conservador (23 candidaturas cuestionadas), Partido Liberal (20), Cambio Radical (19), Partido de la U (16) y Centro Democrático (14). Dentro de este análisis también se cuenta la lista al Senado Centro Esperanza, con dos (2) cuestionados; la lista al Senado del Pacto Histórico con un (1) cuestionado y las listas en coalición a nivel de Cámara de Representantes con ocho (8) cuestionados En calentamiento El proceso para las elecciones presidenciales previstas en su primera vuelta para el 29 de mayo ha sido largo y ahora se está en la decantación de los/as candidatos/as. Tres grandes coaliciones, desde la izquierda a la derecha, pasando por el centro decidieron aprovechar las elecciones parlamentarias, para que se eligiera en cada caso, a la persona que los fuera a representar. Los tres, Pacto Histórico (izquierda), Coalición Centro Esperanza (centroizquierda), y Equipo por Colombia (derecha), postularon cada uno a 5 personas. En la izquierda, el senador Gustavo Petro que se había venido preparando desde que perdió las elecciones en el 2018, tuvo un contundente respaldo al tener 4.452.604 votos (80.51%), sin embargo, la sorpresa del día la dio la líder Francia Márquez, con 773.873 votos (14.04%). En la centroizquierda, de la Coalición Centro Esperanza el mayor votado fue el exgobernador de Antioquia, Sergio Fajardo, con 716.743 votos, seguido por Juan Manuel Galán con 483.325 votos. La decepción la dio el del exministro y exrector de la Universidad de los Andes, Alejandro Gaviria, con 333.775 votos. En la derecha, el ex – alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, obtuvo una neta victoria con 2.127.299 votos (54.13%) mientras que el segundo, Alex Char, obtuvo 697.145 votos (17.73%). Todo indica que el amplio margen de Gutiérrez radicó en los votos provenientes del Centro Democrático (CD), partido de Álvaro Uribe, de hecho, Oscar Iván Zuluaga, candidato del CD inmediatamente se conocieron los resultados electorales, renunció a sus aspiraciones y pidió apoyo para Gutiérrez. El gobierno Duque, de distintas formas ha manifestado apoyo a este candidato. Para la próxima contienda electoral (primera vuelta presidencial), además de los tres candidatos elegidos por coaliciones, se tienen en el partidor a otros cinco, a saber: Rodolfo Hernández, John Milton Rodríguez; Enrique Gómez, Ingrid Betancourt y Luis Pérez. Seguramente ninguno de estos últimos tendrá un electorado suficiente para pasar a segunda vuelta. El único que podría tener un buen pero insuficiente número de votos es el ex – alcalde de Bucaramanga, Rodolfo Hernández. La Coalición del Pacto Histórico, tiene como candidato a Gustavo Petro, que está a la cabeza de forma indiscutida de todas las encuestas presidenciales. Con una presidencia de Petro se produciría sin duda un terremoto en la vida política y económica del país. Sus propuestas son ambiciosas y están dirigidas fundamentalmente a la búsqueda de equidad en uno de los países más desiguales del mundo. Sus apuestas en los campos de Cambio Climático y Medio Ambiente son drásticas, y estamos seguros que en gobierno suyo se tendrán logros importantes, aunque deberá dejar su populismo teniendo en cuenta que procesos como la sustitución de la matriz energética debe ser adecuadamente planeada y progresivamente implementada. Un Petro presidente, deberá ser más ejecutivo y realista que un Petro candidato donde puede espantar a más de un elector sus propuestas populistas desafortunadas, como la de hacer un tren elevado entre Buenaventura y Barranquilla. Tendrá que dejarse aconsejar y ayudar por economistas progresistas y responsables. No se puede jugar con el Banco de la República, ni tampoco poner al país al garete con una devaluación generalizada del peso. Salomón Kalmanovitz, juicioso economista de izquierda hace una presentación en resumen de “Las malas ideas de Petro”1, que conviene leer. Petro es un caudillo, y como caudillo es egocéntrico y autoritario. En su ejercicio de alcalde de Bogotá, salieron a relucir esas manchas de carácter. Se espera que los años y la experiencia vivida hayan sido capitalizadas por el candidato, puesto que como gobernante necesitará cabeza fría, ministros serios que los deje trabajar, consejeros profesionales y leales al país que no le estén endulzando el oído, que es lo que erróneamente muchas veces el gobernante busca escuchar. Sin duda una persona como la elegida candidata a la vicepresidencia, Francia Márquez, podría desde su franqueza aterrizarlo. Petro, de ser elegido, deberá escuchar a ella y a quienes sinceramente quieren un país más equitativo, pero también mejor para todos, desde un gobierno serio y responsable. En la búsqueda de la presidencia, Gustavo Petro, ha hecho y sigue haciendo gestiones de adhesión muchas veces criticadas por sus propios socios, que manifiestan que no todo vale. Se acercó a Luis Pérez, un oscuro exalcalde de Medellín, hizo gestiones ante Cesar Gaviria, jefe del partido Liberal, que cuenta con una importante canasta de votos, ya había reclutado para sus huestes a senadores de partidos tradicionales especialmente hábiles en la convocatoria y mecánica electoral, como los casos de Armando Benedetti –el hombre detrás de las grandes manifestaciones en plaza pública– y Roy Barreras, el hábil relacionista y oportuno conocedor de la mecánica y conteo electoral. Ahora envía a su hermano a sondear como “están en las cárceles políticos corruptos”, pensando supuestamente en un “perdón social”. Manejos erráticos le pueden jugar una mala pasada. Como en las elecciones anteriores se tejen muchas noticias falsas alrededor de su plan de gobierno, una de ellas y seguramente la que más influye, es que va a expropiar tierras, casas, apartamentos. Asunto que no tienen nada que ver con sus propuestas socioeconómicas, además si lo quisiera de ser presidente, no lo podría hacer. Existen suficientes reglas en la Constitución Colombiana que lo impiden y que están en consonancia con la Declaración Universal de los Derechos Humanos sobre la protección de la propiedad privada2. El país de forma creciente viene valorando y apreciando la formula a la presidencia del senador Petro, la Sra. Francia Márquez que ahora funge como candidata a la vicepresidencia por el Pacto Histórico. Petro de alguna manera se vio forzado a elegirla como su compañera en el camino a la presidencia. Francia logró una votación formidable en la consulta realizada para la escogencia de candidato/a. Su compromiso, su historia de vida, el reconocimiento a nivel nacional e internacional por la defensa del Territorio y el Medio Ambiente, su frescura y franqueza la han elevado a ser figura pública de primer orden. Es posible que sus pronunciamientos no siempre “políticamente correctos” puedan jugar en contra, como fue el caso de su crítica como “neoliberal” al Sr. Cesar Gaviria, jefe del partido Liberal y antiguo presidente de Colombia, hace treinta años, donde en verdad aplicó una política neoliberal. Cesar Gaviria dio por terminados los diálogos con el Pacto Histórico, ante el pronunciamiento de la candidata. Francia, es una abogada hecha a pulso y una representante neta del pueblo negro de Colombia, orgullosa de su raza y de su gente, que ha sufrido y padecido la violencia y la pobreza. Sergio Fajardo, es un doctor en matemáticas, fue profesor de la Universidad de los Andes y también gobernador de Antioquia. En la pasada contienda a la presidencia (2018), no alcanzó a pasar a la segunda vuelta presidencial, aunque venía creciendo de forma importante y podría decirse que, si hubiera pasado esa barrera, habría podido ganar la presidencia, pues los distintos sectores opuestos al candidato uribista lo habrían apoyado. Hoy pareciera estar en situación parecida, es el candidato de centroizquierda, además en un posible enfrentamiento, esta vez contra el senador Petro (seguramente ganador de la primera vuelta), le podría ganar, dado que tendría también los votos de la derecha y de muchos a los que la figura de Petro espanta. La situación es que, en la consulta realizada en marzo pasado, la Coalición Centro Esperanza tuvo un pobre desempeño ante los forcejeos y mal trámite de las diferencias al interior del grupo. Es decir, sus acciones están a la baja, cuando en 2018 estaban en alza. Su programa de gobierno es de los más sólidos, buscaría una mayor equidad en el país, buscaría avanzar en los acuerdos de paz y de manera particular la legalización de más de 7 millones de hectáreas a los campesinos desplazados de sus tierras haría un plan de lucha contra el Cambio Climático y ajustes a la matriz energética de forma seria y sostenida. El frente donde más trabajaría sería el de la educación. Fajardo está siendo respaldado por un amplio número de académicos e intelectuales. Sin embargo, no logra la suficiente conexión con la gente y está en su contra el hecho que, a estas alturas del juego, un amplio sector indeciso finalmente apuesta al “voto útil”, es decir a los que se considera con mayor opción. El ingeniero Federico Gutiérrez, exalcalde de Medellín, recoge los electores de la derecha y sobre todo a los que siguen al expresidente Uribe. Es un candidato rústico de lenguaje de barriada, tal vez a eso se debe que este llegado a la gente. También es cierto que la gran prensa está jugando a favor de su nombre. Es el candidato del establecimiento y del continuismo, aunque trate de mostrarse independiente. Ganó la consulta del “Equipo por Colombia” de forma clara y contundente. Es difícil encontrar un programa de gobierno de este candidato, como dice Kalmanovitz, Fico parece no tener ideas. Repite clichés como: “Es fundamental cerrar las brechas sociales, garantizar seguridad, inserción laboral, educación con pertinencia para niños y jóvenes, y mirar hacia el campo con el aumento de inversión en las vías terciarias”3. Un eventual gobierno de “Fico” sería la continuidad del lamentable gobierno de Duque, continuaría con las aspersiones aéreas para combatir los cultivos ilícitos, “la seguridad democrática” continuaría posiblemente de manera más cruel, continuarían el asesinato a líderes sociales y desmovilizados de las Farc, eventuales nuevas negociaciones estarían enterradas. El extractivismo sería la divisa de su economía y la tortura de los territorios. El camino que quiere iniciar Duque con otorgamiento de la licencia ambiental para el primer piloto de fracking, sería una ruta de la más extrema gravedad para los territorios donde se desarrollen eventuales explotaciones. En un eventual gobierno, Gutiérrez tendría un apoyo en los partidos tradicionales similar al que ha tenido Duque, aunque con una oposición más nutrida y fuerte, por el número y la calidad de quienes forman parte de los partidos alternativos. Pero sería más de lo mismo, frente a una ciudadanía mayoritaria que aspira a tener un país mejor y distinto, pero este país hasta ahora ha sido gobernado por minorías. Un cuarto candidato se suma en la puja presidencial, el exalcalde de Bucaramanga, Rodolfo Hernández. En algunos momentos ha figurado en el segundo lugar de las encuestas, como un candidato sorpresa, ingeniero de profesión, tiene 77 años. Tanto la campaña a la alcaldía como la actual a la presidencia la lleva a cabo con sus propios recursos. Es un hombre de cuna humilde pero hoy con un abultado portafolio económico. Su campaña la monta sobre la lucha contra la corrupción, un hombre que de manera prodigiosa ha hecho su fortuna construyendo casas y negociando tierras. Es un personaje folklórico y desabrochado, no acude a la plaza pública, sus trincheras han sido cortas declaraciones con lugares comunes y sobre todo las redes sociales que han estado bajo la habilidad de dos consultores argentinos. Su programa de gobierno es deshilvanado y compuesto de frases altisonantes, muchas veces a modo de insultos. Es considerado como un antipolítico, en la saga de Trump y Bolsonaro. No tuvo empacho en decir: “Yo soy seguidor de un gran pensador alemán que se llama Adolfo Hitler” y cuando los periodistas expresaron su estupor, reafirmó “Sí, sí, Hitler fue un asesino, ya sé”. Lamentablemente sus palabras sueltas de “Lucharé contra la corrupción”, “se acabará la robadera”, “brillará la meritocracia”, “Terminaré la politiquería”, endulzan el oído de un grueso número de votantes para quienes el nombre de Adolfo Hitler no suena para nada. El mismo candidato dice que su mamá lo califica como “un viejo loco”4. Está próxima una contienda electoral en momentos en que se necesita volver a los acuerdos de paz, luchar contra la corrupción, trabajar por la equidad y un medio ambiente sano. Es necesario un revolcón social, económico y político, con audacia, pero también con sensatez. De las/os electores depende a quien se elige, continuar por una senda probadamente desastrosa u optar por cambios consistentes, posibles y razonables. Edición 774 – Semana del 23 al 29 de abril de 20221 “Las malas ideas de Petro”. Salomón Kalmanovitz, El Espectador – Opinión, marzo 14 de 2022. 2 Cfr. Valencia, Fernando, ¿Si gana Petro, habrá expropiación? Semanario Virtual Caja de Herramientas, edición 773, semana del 9 al 15 de abril de 2022. 3 “Fico el gallo destapado”. Salomón Kalmanovitz, El Espectador – Opinión, marzo 21 de 2022. 4 Entrevista: Mamá de Rodolfo Hernández dice que su hijo es un “viejo loco”. Revista Semana, 6-11-2021. | |||||||||||||
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