![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
||||||||
El perdón social |
|||||||||||||
![]() |
|||||||||||||
El tema del perdón tiene un tono moral, del ámbito religioso, ligado a la confesión (sanción moral, por el arrepentimiento). Al extrapolarlo al campo de la política crea confusión. El perdón social sería una nueva categoría que pretenden elevarla a reconciliación, pero no cuadra. Por eso el perdón social no se puede tratar de manera global, ni aisladamente. |
|||||||||||||
Alberto Ramos Garbiras1 |
|||||||||||||
![]() |
|||||||||||||
El tema del perdón social que intentó ventilar el líder del Pacto Histórico, Gustavo Petro, al parecer promovido en esta ocasión por los políticos condenados en las cárceles, mientras otros diseñaban un burdo documento de entrampamiento, redactado para confundir al candidato que solo acató la solicitud de una comisión intraeclesial para escuchar a los condenados, sin madurarse aún el modelo de perdón social que se pretendía, filtraron el documento hechizo o espúreo y se desató un torbellino de críticas, abortándose así ese perdón social que sonó a exabrupto. El tema del perdón tiene un tono moral, del ámbito religioso, ligado a la confesión (sanción moral, por el arrepentimiento). Al extrapolarlo al campo de la política crea confusión. El perdón social sería una nueva categoría que pretenden elevarla a reconciliación, pero no cuadra. Por eso el perdón social no se puede tratar de manera global, ni aisladamente. Ni abordarlo descontextualizado del delito político porque los delitos comunes no tienen perdón social colectivo, sería física impunidad. El perdón social al final de un proceso social convulso requeriría un tratamiento jurídico especial para lograr la reinserción, la reparación y la no repetición, pero solo si la causa ha sido política tratando de cambiar la sociedad. Y exigiría un Tribunal Moral o ético para examinar las culpas, eso sería un embrollo. En ningún sistema jurídico existe el perdón social, solo existe en la órbita de la moral que es interna y produce el arrepentimiento del transgresor de la norma moral, el pecado y la sanción no son vinculantes, ni bilaterales, están en el fuero interno del pecador que confiesa ante al cura para ser absuelto. La JEP se construyó para volver a encarrilar la sociedad, y la torpedearon porque se salieron de su órbita los corruptos que alentaron la guerra. El perdón social para los depredadores de la hacienda pública no existe, ni puede existir. Sería acabar con lo que queda de la justicia. En Colombia la justicia no funciona desde hace décadas. Tomemos los últimos 30 años, las 4 reformas serias que se pretendieron hacer a la justicia no se pudieron concretar y el Cartel de la Toga desplomó todo. Existen mini-carteles en cientos de despachos judiciales. Y si se otorgará perdón social para los pocos procesados por corrupción el mal ejemplo haría cundir más corrupción. Prueba de que la justicia no funciona es que en los municipios la gente está llevando a cabo actos de sanción social, abucheando y chiflando a los políticos corruptos. La sanción social si existe de facto en los países donde no opera la justicia. Los linchamientos son una expresión de la sanción social porque la población ante un crimen horrendo elimina en medio de la multitud al delincuente ya que tienen la sensación que la justicia lo dejaría escapar. Considero que esa propuesta de Gustavo Petro se quedó en el enunciado. Estaba en construcción, buscándole forma, pero el escándalo no dejó que la propuesta avanzara. El perdón social como lo expliqué no existe para las penas en lo jurídico, la sentencia demuestra quien es el inocente. Una forma de perdón es la amnistía y el indulto, la primera se conceden colectivamente y solo proceden para delitos políticos, la segunda forma, para delitos comunes, y se estila de manera individual. Se deduce que la idea del perdón social estaba incubándose, en periodo de concepción y fue abortada por la gavilla que los otros candidatos armaron para cuestionar la propuesta, de verdad inoportuna, pero que además fue distorsionada por las encendidas frases. También se puede deducir que el candidato del Pacto Histórico, por sus lecturas del filósofo Jacques Derrida, y su obra “Perdonar lo imperdonable”, pretendió hacer un ejercicio previo de magnanimidad, sin que llegare a jubileo como satíricamente lo calificó María Isabel Rueda. Miremos lo escrito por Víctor Manuel Chávez, de la Escuela de Antropología de México, sobre la obra de Jacques Derrida. “La fuerza de la orden parece indicar que hay que vencer una cierta imposibilidad, hay que hacer la difícil prueba de hacer lo que parece imposible: perdonar lo que no se puede perdonar, perdonar precisamente algo imposible, imposible de perdonar. ¿Qué sentido tendría, al contrario, conminar al perdón de lo perdonable: perdonar lo perdonable? …es preciso advertir que se ha presupuesto que se puede ordenar perdonar, conminar y exhortar al perdón, olvidando que a perdonar no se obliga, o en todo caso nadie, ningún sujeto puede obligar o coaccionar a otro a pedir perdón o darlo, pues en una tal situación se destruye el perdón. No obstante, la intención del perdón, solicitado y/o dado, muy bien puede provenir no ya de un sujeto sino de otra parte, de otra escena, puede mirar y concernir antes de que sea mirada y observada, y por ello, como deber es un deber más allá de todo deber. Ahora bien, si es correcto que a perdonar no se obliga, no se puede pasar por alto una cierta economía y una máquina del perdón a partir de las cuales se solicita un perdón de antemano. Es más, nunca como antes había habido en la esfera pública mundial un impulso al perdón como el que existe desde hace algunos años, específicamente tras la segunda guerra mundial. Entonces, el perdón, ¿es posible o imposible? Y lo es ¿de lo perdonable o de lo imperdonable? ¿Es posible perdonar? ¿Y en qué lengua? ¿Qué es lo que está en juego en el perdonar y cuáles son los envites de semejantes preguntas alrededor de algo que aparentemente tiene lugar todo el tiempo, todos los días, cada día, tanto si se lo solicita como si se lo concede o se lo niega? ¿Cabría incluso pedir perdón o disculparse por plantear semejantes preguntas?”. (Chávez, 2021) Cita: Chávez Víctor Manuel. Análisis sobre el libro Perdonar lo imperdonable. Escuela Nacional de Antropología e Historia. INAH. Revista de ciencias antropológicas. Versión impresa ISSN 2448-9018.Ciudad de México ene./abr. 2021. 1 Especialización en derecho constitucional, Universidad Libre; magister en ciencia política de la Universidad Javeriana; PhD en Realidad Política Latinoamericana, Universidad Nacional (UNED) de Madrid España; ha sido profesor de ciencia política en la Universidad Libre y la Universidad Santiago de Cali. Actual profesor de las asignaturas: derechos humanos y derecho internacional, también asumió desde el año 2021 la cátedra de paz, en la Universidad Libre. | |||||||||||||
![]() |
![]() |
||||||||||||
comentarios suministrados por Disqus | |||||||||||||