¿Estará en sus cabales?

 
 
 

La manera habilidosa como maneja las cifras la doctora Cabal lleva a concluir que las zonas en donde hay mayor presencia indígena como Cauca y Chocó, se genera una enorme violencia debido a las continuas protestas de las comunidades indígenas exigiendo más tierras.

 
Víctor Zuluaga Gómez
 
Historiador, Universidad Javeriana Magíster en Ciencias Políticas, Universidad de los Andes
 
 

Después de escuchar con atención las declaraciones de la senadora Cabal, quedé sorprendido por la cantidad de información que suministró, en torno a los conflictos por la tierra, los movimientos subversivos y, por último, sobre los informes que presentó la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).

Sin embargo, una cosa es disponer de gran cantidad de elementos en torno a las causas de la violencia en el país, y otra bien distinta la manera como esa información es utilizada. Y, desde luego, también, hacer referencia a personajes del pasado y hechos de ese pasado, como si en la actualidad se hicieran presentes por medio de lo que bien podríamos llamar un “cuerpo ajeno”.

Voy a referirme en primer lugar a la alusión que hizo la doctora Cabal al cura Camilo Torres, quien fuera capellán de la Universidad Nacional y un día resolvió despojarse de su sotana, tomar un fusil e internarse en la montaña, para luego ser abatido por las fuerzas del Estado. Al respecto, les decía a mis estudiantes con frecuencia, que es un error realizar cambios sociales, es decir, en un grupo humano, en un tiempo rápido, como sí puede ocurrir cuando se trata de un cambio de conducta a nivel individual. Los individuos cambiamos de conducta en cuestión de día, pero los cambios sociales requieren años y años y peor aún los cambios, cuando se trata de las transformaciones de la naturaleza. Desde luego, lo que sí me parece un despropósito, por decir lo menos, es que la senadora vincule a Camilo Torres y Manuel Pérez como los gestores de grupos guerrilleros, que lo fueron, con el jesuita Francisco De Roux, afirmando que este último ha retomado las banderas de los curas guerrilleros, a raíz de su papel en la JEP. Siguiendo la misma lógica, sujetos que en su momento pertenecieron a grupos guerrilleros, como Gustavo Petro y Navarro Wolff, siguen siendo para la doctora Cabal, los mismos guerrilleros. Eso sí, cosa diferente ocurre con José Obdulio Gaviria, quien era primo de Pablo Escobar y miembro del Partido Comunista de Colombia, al igual que Everth Bustamante, en su momento perteneciente al M-19. En relación con estos dos últimos personajes, ocurrió un fenómeno bien interesante y es que, por medio de un ritual, desaparecieron todas sus actuaciones como sujetos de “izquierda”. El ritual consistió en ingresas al “Centro Democrático” y haber jurado “mano firme, corazón grande”.

La otra declaración, de las muchas que dio y que constituyen para mí un despropósito, consistió en afirmar que los indígenas en Colombia son propietarios de una inmensa cantidad de tierra, a tal punto que les podría calificar de los más importantes latifundistas que tiene el país. La manera habilidosa como maneja las cifras la doctora Cabal lleva a concluir que las zonas en donde hay mayor presencia indígena como Cauca y Chocó, se genera una enorme violencia debido a las continuas protestas de las comunidades indígenas exigiendo más tierras. A este respecto, quiero plantear uno de los tantos casos ocurridos en relación con la desposesión que tierras que han sufrido las comunidades indígenas. Los Embera-Chamí, que tienen presencia el Occidente de Risaralda, tenían tituladas tierras por la Corona Española, que incluían todo el municipio de Pueblo Rico, todo Mistrató y medio Bagadó, este último, municipio del actual Chocó. En el año de 1903 el Cauca ordenó que sus tierras fueras rematadas y fueron compradas por un rico de Riosucio (Caldas) por la suma de $33.000 pesos. Sería en 1986 cuando el Incora creó nuevamente un Resguardo para los Embera-Chamí, con una cantidad de tierra que representaba la décima parte de sus tierras originales. Ahora bien, quienes hemos rastreado estos fenómenos en los archivos históricos de Bogotá y Popayán, podemos afirmar que gran cantidad de tierras de indígenas fueron tomadas a sangre y fuego por aquellos descendientes de europeos que en su momento afirmaban que ellos eran la población más importante, ya que los naturales, es decir, lo indios, eran pocos o mejor, eran “nada”. Así lo afirmó Camilo torres en el Memorial de Agravios en 1809.

Edición 788 – Semana del 30 de julio al 5 de agosto de 2022
   
 
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