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Tensión nuclear y guerra gasífera |
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Con la guerra Rusia/Ucrania, se dio el regreso de Europa a la guerra cercana, amenazante y envolvente, para los europeos, es retrotraerse a los conflictos de la antigüedad (Roma, tomándose los países: la Hispania, la Galia, la Germania, etc.), recordar la guerra de los 30 años, rememorar las revoluciones burguesas para la supresión de las monarquías, volver a mirar la devastación que significaron las dos guerras mundiales… |
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Alberto Ramos Garbiras1 | |||||||||||||
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La invasión a Ucrania presenta ante el mundo el derrumbe del derecho internacional y la necesidad de redefinirlo o reconstruirlo con otros parámetros, igual que sucedió con el Congreso de Viena (Septiembre 1814/ junio 1815), para recomponer las fronteras después de la derrota de Napoleón Bonaparte; con la Liga de las Naciones después de la primera guerra mundial (Tratado de Versalles 1919); o con la formación de la ONU (Carta de San Francisco,1945), al término de la segunda guerra mundial (más los tratados de Postman y Yalta). Hoy se necesita recuperar y reorientar un nuevo orden mundial como ocurrió después de la caída del muro de Berlín (1989), y del proceso de secesión o separación de los países que conformaban la ex – URSS (1991 y años siguientes). O con la guerra de los Balcanes al desmembrarse la ex Yugoeslavia (1991 / 1992); o con lo sucedido luego del derrumbe de las Torres Gemelas, con los aviones “convertidos en misiles” (2001), al rebrotar el terrorismo internacional con la cara de hiperterrorismo. Esta invasión y despedazamiento de Ucrania ha sido presenciado día a día por todo el planeta tierra (más que la guerra en Afganistán, en Irak y los ataques a Palestina, u otros ataques de aplastamiento), porque la televisión internacional, las parabólicas, las redes sociales y las comunicaciones globalizadas, han registrado los ataques, la destrucción de ciudades, los aparatosos daños y la sucesión sistemática de crímenes de guerra, sin que la OTAN, ni la Unión Europea (UE), ni la ONU, ni la Corte Penal Internacional CPI, hayan podido frenar el desangre por la inutilidad del derecho internacional, y la falta de un aparato de defensa global que haga respetar la soberanía de los Estados, ante el entrabamiento de los órganos de decisión (Consejo de Seguridad) por el tipo de votación unánime que exige, y por los intereses cruzados de los países miembros con los países transgresores de la Carta de la ONU. De resolverse esta guerra de invasión, si logran frenar la expansión y engullimiento que pretende Rusia, frente a la independencia que defiende Ucrania (porque estamos viendo una resistencia ucraniana que conlleva a la independencia), se necesitaría que Ucrania adopte un papel neutral, dice Noam Chomsky. En virtud de la ubicación geográfica como país fronterizo con Europa (la Eurasia), a su vez, país tapón, si fuese miembro o parte de la Federación Rusa (transformación que se hizo para “reemplazar” la ex URSS, en la práctica), para evitar el cerco del armamentismo atlantista (la OTAN expandida o regada en las fronteras). “Y la manera más lógica de resolver este conflicto es con una fuerte declaración de que Ucrania será neutralizada, que no será parte de ninguna alianza militar; eso y con otras decisiones que ya están más o menos acordadas sobre la autonomía de las regiones. Se le puede dar ciertos matices, pero esos son los términos básicos para una solución pacífica. La cuestión es que tenemos que estar dispuestos a aceptarlo, de lo contrario, podríamos llegar a una situación muy peligrosa. Antes comenté que el Reloj del Apocalipsis, el famoso reloj del Boletín de Científicos Atómicos ha sido adelantado recientemente, quedando a solo tres minutos de la medianoche”. (Chomsky, 2015) Con esta guerra Rusia/Ucrania, se dio el regreso de Europa a la guerra cercana, amenazante y envolvente, para los europeos, es retrotraerse a los conflictos de la antigüedad (Roma, tomándose los países: la Hispania, la Galia, la Germania, etc.), recordar la guerra de los 30 años, rememorar las revoluciones burguesas para la supresión de las monarquías, volver a mirar la devastación que significaron las dos guerras mundiales; y es considerar de repente, que la Unión Europea construida poco a poco desde la segunda postguerra, a partir de la Conferencia sobre el Acero y el Carbón, ya no es suficiente y que el reagrupamiento logrado en 64 años no tiene la firmeza que se creía. La geopolítica, a veces arrumbada como deriva de la ciencia política, ahora toma cuerpo propio o recupera su forma de ciencia social en medio de todas las ciencias, pues la geografía y los centros de poder con otros contornos y contenidos tomaron arrolladoramente la delantera al reconocer el rebrote de la guerra fría, en medio de otra guerra en caliente con varias caras: guerra internacional, guerra de invasión, proxy war, guerra energética, amenaza de guerra mundial y, eventual guerra nuclear. En medio de la globalización ramificada en todas las áreas, la UE como organismo económico multilateral, superpuesto a otras multilateralidades (La ONU, la OTAN), se ve imperfecta y disfuncional por todas las debilidades: No es un federalismo funcional. La defensa común es insuficiente, y lo peor, la guerra energética (por el gas y el petróleo, determinantes), pueden dejar a la UE sin la actividad económica normal y redituable, e impotente ante el frío de un invierno sin gas; paradójicamente cuando la transición energética decidida en las COPs de la ONU, ordenaban sustituir esos dos combustibles que se vuelven letales. “…los dirigentes rusos han contado con una magnífica herramienta que ha contribuido a hacer valer sus intereses frente a los demás actores presentes en el sector energético ruso. Pero, además, le otorga un gran control sobre la energía en el extranjero cercano. En efecto, el control de los ductos por parte del Estado ruso ha sido un elemento sine qua non en la renacionalización de la energía. A pesar del proceso de privatizaciones que sufrió el sector público ruso, la amplia red de ductos heredada de la época soviética nunca fue privatizada. La empresa estatal Transneft es la propietaria y gestora de los oleoductos y actúa como un monopolio de Estado. Los gasoductos son gestionados por el sistema unificado de suministro de gas, que es propiedad de GAZPROM. El control de los ductos, dada la extensión de su territorio y la imposibilidad de transportar los recursos energéticos por otros medios alternativos se ha convertido en una herramienta fundamental en los objetivos rusos (…) Las exportaciones de gas a los estados de Europa occidental fueron uno de los principales pilares de la estrategia energética exterior de la URSS”. (Sánchez Ortega, 2014) Al observar detenidamente el mapa de Europa, nadie puede desconectarlo de Rusia, y ese conjunto de países europeos, incluidos los que hacían parte de la ex URSS (Polonia, Estonia, Letonia, Lituania, Eslovaquia, Hungría, Rumania, Bulgaria…), ese mapa puesto en una mayor dimensión nos revela un mosaico de territorios que pueden verse atragantados por Rusia, donde imaginariamente los ojos son Bielorrusia, y la boca del dinosaurio ciclópeo, es Ucrania; las dos patas están asentadas, la izquierda sobre Georgia y Azerbayan, y la pata derecha, presionando o apretando a Finlandia; y la base de las dos patas son el mar negro y el mar Báltico. Desde la geopolítica Ucrania es la boca del gigante dinosaurio (que parece ese mapa), cuya lengua es Moldavia. La Euroasia conforma la parte frontal de ese DINOSAURIO. De cualquier forma, que se le mire ese dinosaurio es imponente geográficamente, así se le hayan desmembrado tantos territorios. Y esa visión mapeada con este monstruo imaginario sigue siendo amenazante, así hasta hoy se pudiera haber convivido con él, y sobrevivido. Por eso Ucrania es parte vital del espacio geográfico para Rusia, por eso no la van a soltar, la tienen atenazada, desde el 2014 le quitaron Crimea, y desde ese año insuflaron el independentismo del Dombas. En estos 8 meses no se la han podido anexar, y ya hicieron la pantomima del referéndum, para jurídicamente incorporar la zona con dos regiones. Rusia geográficamente es inescindible de Europa. Figurativamente, quien puede engullirse a Europa es Rusia. Paradójicamente el dominio o la sujeción es energética: toda Europa depende de Rusia y la Euroasia por las energías fósiles: Petróleo y Gas. Sin estas dos energías no hay dinámica industrial y no hay calefacción. Europa es un conjunto de países pequeños, necesariamente debe permanecer unida para defenderse y para competir en el marco de la globalización. Esa defensa común no opera, aunque la OTAN es el medio para hacerlo, esta tiene una dependencia de EE. UU., e institucionalmente el Alto Representante de la Unión Europea y su presidente del Consejo-UE, no configuran una eficaz presidencia paneuropea. Entonces, tienen la opción de encontrar solidez en la ONU, pero esta vive maniatada por la estructura del Consejo de Seguridad. Así, los dos organismos multilaterales tienen flaquezas. O sea, conserva aún Europa la misma indefensión que afrontó durante la segunda guerra mundial cuando los atacantes totalitarios (Alemania e Italia), surgieron o brotaron de su propia entraña. Si EE. UU. no hubiese ingresado a la guerra, ¿después de los hechos de Pearl Harbor, con el ataque japonés, como habría concluido esa guerra? Hoy Europa se siente amenazada por Rusia, y existe la latente y constante disuasión China, y el envalentonamiento de Corea del Norte haciendo pruebas misilísticas, y la actitud iraní ante el saboreo del acuerdo atómico pactado con Obama (2015), todo esto es una incógnita. La impotencia de Europa, de la ONU para responder a los hechos de la invasión rusa a Ucrania (limitada a sanciones económicas), y el comportamiento sofrenado de EE. UU., al no poder intervenir hasta ahora para frenar las masacres aéreas y terrestres, deja ver que se da por hecho que esta es una guerra contra un país por fuera de la OTAN que tiene que afrontar solo a una potencia que viola todas las normas internacionales confeccionadas desde que nació la ONU en 1945, y que con la separación en 1991, firmó luego el Acuerdo de Budapest (desconocido y burlado), con ello Ucrania entregó y desmanteló las plantas nucleares; ahora si alguien envía tropas para ayudarlos se desata una guerra mundial y de contera, una guerra nuclear. Visto de otra manera, el armamentismo nuclear dentro de la guerra fría llevó a la nuclearización de 12 estados, para defender su soberanía. Es decir, hoy para hacer respetar la soberanía, elemento esencial de todo Estado, hay que mostrar letalidad. Bibliografía – Chomsky Noam. “Mantener la neutralidad de Ucrania representa un camino a la paz con Rusia”. Entrevista realizada por Amy Goodman. www.democracynow.org. Año 2015. – Sánchez Ortega Antonio José. “Rusia, el poder y la energía”. Libro publicado por Plaza y Valdés S.A editores, Pozuelo de Alarcón, Madrid, España. Año 2014. 1 Especialización en derecho constitucional, Universidad Libre; Magister en ciencia política de la Universidad Javeriana; PhD en Realidad Política Latinoamericana, Universidad Nacional (UNED) de Madrid España; ha sido profesor de ciencia política en la Universidad Libre y la Universidad Santiago de Cali. Profesor actualmente de las asignaturas derechos humanos y derecho internacional, también asumió la cátedra de paz, en la Universidad Libre. | |||||||||||||
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