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La soledad en una vida amenazada |
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“Se me acabó la vida personal y social; se me acabó la libertad y por eso me siento en muchas ocasiones muy sola. Siempre me caractericé por ser una mujer alegre, amigable, que le encanta bailar, jugar tejo, jugar dominó, viajar y compartir con mis amigos. Todo esto cambio. Ya no puedo hacerlo por temor a poner en peligro la vida de mis seres queridos y la mía propia”. |
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Janeth T. Camargo Manzano | |||||||||||||
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Martha Trinidad Maldonado Villamizar, lideresa comunal del Municipio de San José de Cúcuta Departamento de Norte de Santander, es una mujer con gran vocación de servicio por la comunidad. Desde hace 48 años ha venido realizando su trabajo, su labor social. Ha sido presidenta de la Junta de Acción Comunal en su barrio La Cabrera, durante varios periodos. También fue electa dos veces como comunera en la Junta Administradora Local de la Comuna 10 de la ciudad de Cúcuta. Es egresada como Administradora Publica de la Escuela Superior de Administración Pública – ESAP. Martha es una mujer dinámica comprometida con las comunidades, de espíritu competitivo, persistente, conocedora de la problemática social. Hoy se desempeña como presidenta de la Federación de Juntas de Acción Comunal del Municipio de Cúcuta y está en el cargo de secretaria de Derechos Humanos de la Confederación Nacional Comunal. En su trasegar como lideresa comunal y defensora de derechos humanos ha sido objetivo de los violentos y ha sobrevivido a las múltiples amenazas que, también, han venido padeciendo los líderes sociales del departamento Norte de Santander. Por ejercer su liderazgo y defender los derechos de los demás y los suyos, le ha tocado buscar la protección del Estado y acceder a contar con un esquema de seguridad, esto la ha obligado a realizar cambios muy difíciles en su vida. Martha nos relata continuación como ha cambiado su cotidianidad. “Mi vida empezó a cambiar de la siguiente manera: se aumentó la zozobra, la angustia y el temor, en ocasiones siento mucha depresión y temor al hablar en público; me he quedado muda, no he podido expresar lo que quiero comunicar. Se ha afectado mi familia porque ellos también sienten miedo. Ya no puedo compartir con mis amigos y mis vecinos; si lo hago debemos informar a la policía y, así, ya no existe la privacidad. En una frase: se me acabó la vida personal y social; se me acabó la libertad y por eso me siento en muchas ocasiones muy sola. Siempre me caractericé por ser una mujer alegre, amigable, que le encanta bailar, jugar tejo, jugar dominó, viajar y compartir con mis amigos. Todo esto cambio. Ya no puedo hacerlo por temor a poner en peligro la vida de mis seres queridos y la mía propia. Las restricciones y recomendaciones dadas por el esquema de seguridad son tan duras que prefiero mantenerme aislada y salir a lo estrictamente necesario. Hoy mi vida es otra. Ahora solo tengo la esperanza de que, en mi Cúcuta querida, mi Perla del Norte, donde comenzó la escritura de nuestra primera constitución política, en Villa del Rosario, tierra de Francisco de Paula Santander, podamos las lideresas y líderes sociales defensores de Derechos Humanos vivir libremente, en armonía y reconciliados para poder realizar nuestro trabajo sin temor a ser asesinados o perseguidos por alzar su voz”. Edición 816 – Semana del 11 al 17 de marzo de 2023 | |||||||||||||
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